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Hay una sola gota de sangre sobre la mesa que se dibuja como una flor roja.

Para el momento en el que Kai abre sus ojos, la gota se convierte en un charco, emanando de la cortada fresca que divide la palma de su mano en dos.

En el piso están los restos de la copa rota, hay champán burbujeante entre los vidrios transparentes y lo hacen lucir como si ardiera en fuego.

En la pared está el reloj antiguo que anuncia que es pasada la madrugada del tercer día de noviembre.

En el sofá está el cuerpo sin vida de Choi Yeonjun, con ojos abiertos del pánico y el cuello morado aún con marcas de algo que lo estranguló. En sus manos un bate y un crucifijo oxidado. Aferra aquellos objetos con tanta fuerza que el rigor mortis impedirá que sean despojados de él sin importar qué, a juzgar por los nudillos blancos.

En el baño está el cuerpo sin vida de Kang Taehyun, completamente desnudo y dentro de una bañera llena de agua rojiza. Hay marcas en cada una de sus extremidades, pero su rostro todavía tiene una sonrisa. A su lado está el frasco vacío de pastillas que solía tomar, y también el anillo que compartía con su mejor amigo.

En la cocina está el cuerpo sin vida de Choi Beomgyu, el cuello está torcido y desencajado de su sitio, colgando terroríficamente sobre su hombro. Sus ojos bañados en sangre, dejando un rastro carmesí ya seco que se extendía desde su espalda hasta la mitad del pasillo, justo debajo del balcón de las escaleras.

En la silla frente al charco de sangre en la mesa está Huening Kai, con la mirada perdida pero todos sus sentidos alerta. Observa la herida en su mano, y las gotas salpican sobre la superficie como si fuera llovizna.

Choi Soobin está justo detrás de él, sosteniendo su hombro huesudo con una mano helada. Las manecillas del reloj se mueven tan lento como el tiempo que los chicos pasaron encerrados sufriendo su propia versión del Averno.

Quizás el reloj estaba alterado desde antes.

Huening Kai se agacha lentamente y toma uno de los trozos más grandes del cristal ardiente en el suelo.

Para cuando el "tic" de la aguja vuelve a resonar con un eco sordo, no queda nadie vivo dentro de la cabaña.

Y Choi Soobin sonríe.

ob.sessed [ s.k ]Where stories live. Discover now