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Domingo, 16 de mayo de 2021

Cuatro de la madrugada. Ni siquiera había amanecido y Miriam ya estaba despierta. Un dolor en la parte baja de su vientre le había hecho abrir los ojos hacía algunos minutos.

Trató de no levantarse, ya que tenía a la granadina enganchada a su cintura, pero tuvo que hacerlo. Se separó de ella intentando no despertarla, aún así, Mimi se removió incómoda sobre el colchón al no sentir a la gallega, pero pronto volvió a quedarse dormida. Sin hacer ruido, abrió la puerta del baño, donde buscó su neceser dentro de uno de los armarios.

Efectivamente, como ella había previsto hacía un par de días, le había bajado la regla. Se limitó a ponerse rápidamente una compresa y tomarse una pastilla para el dolor.

Cuando regresó a la habitación Mimi estaba despierta, sentada sobre la cama y con sus espalda apoyada sobre el cabecero. Le sonrió y dió unos golpecitos sobre el colchón para que se tumbara a su lado.

-Tienes mala carilla. - comentó tumbándose ella también y agarrando la cintura de la gallega - ¿Qué pasa?

-Me bajó la regla y me duele mucho. - susurró, acurrucándose en el pecho de la rubia.

Mimi se limitó a enredar sus dedos entre los rizos d la gallega y masajear su cabeza con delicadeza. Apartó algún que otro mechón que caía por su cara y dejó un tierno beso sobre su nariz.

Durante unos minutos solo se escuchó la respiración pausada de Miriam y justo cuando creyó que estaba a punto de dormirse, el dolor volvió a atacarla de nuevo, haciéndola suspirar de dolor.

-Reina... - susurró Mimi - ¿Necesitas algo?

-Que alguien me arranque los ovarios. - sentenció, y es que el primer día siempre lo pasaba realmente mal.

-¿Quieres que te prepare una bañera calentita? - preguntó la mayor, intentando buscar alguna solución a su malestar.

-¿Ahora? - Mimi asintió - Bueno, vale.

-Quédate aquí, ahora vengo. - pidió dejando a Miriam con cuidado sobre el colchón, pues la tenía prácticamente encima.

Puso el tapón en la bañera y dejó que el agua caliente corriera por unos minutos, mientras ella cogía una toalla. Una vez hubo una cantidad considerable de agua, cerró el grifo y volvió a la habitación.

Se encontró a Miriam tumbada en la cama y encojida, prácticamente en posición fetal.

-Reina, ya está. - se acercó a ella y acarició su mejilla.

-Me da vergüenza. - confesó la gallega.

-¿Bañarte conmigo delante? - preguntó Mimi confusa, ya que desde el primer momento habían tenido total confianza.

-Pues estar ahí, con toda la sangre y... - comentó atropelladamente Miriam, porque la realidad era que sí, le daba algo de pudor.

-No pasa na', amor. - le restó importancia - Es natural, nos pasa a todas. Y no me voy a morir por ver un poquillo de sangre.

-¿Amor? - la gallega se había quedado con esa palabra, nunca la llamaba así y no pudo evitar que le resultara extraño.

-Perdón. - se disculpó algo avergonzada - Me ha salido solo.

-Me gusta. - confesó la menor sonriendo - Solo que se me hizo raro, nada más.

Se levantó sin mediar palabra y se abrazó al cuello de la granadina, para después dar un pequeño salto y enrollar sus piernas en las caderas de Mimi. Ésta la sostuvo por los muslos y la llevo en brazos hasta el baño, donde la dejó sentada sobre el váter, para después volver a su habitación.

IBIZA // Miriam²Where stories live. Discover now