𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏

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Levana miraba por su ventana, las gotas de lluvia no cesaban en la reserva y eso hacía que se preocupara aun más por como estaria su hermano, Sam.
Esperaba verlo una vez más atravesar aquella puerta de entrada pues ya hace más de una semana que habia desaparecido. Los días y noches de Levana y su madre se habían hecho cada vez más eternos al igual que la angustia y preocupación.

Sus teorías de aquella desaparición habian escalado a algún punto donde incluso considero la idea de que su hermano estaba harto de su madre, de ella y de Shawn lo cual habría provocado que esté solo hubiese huido. Pensamiento que borraba inmediatamente de su cabeza.

Sam no era así, su hermano no era igual a su padre -pensó-.

Pero de vez en cuando, aquellos pensamientos la traicionaban haciendo que su humor cambiara completamente con sus amigos y madre; terminando así, por optar concentrarse en otras cosas coml sus deberes o ayudar a su madre que pensar en su hermano aunque esto último fuera casi imposible.

Después de tomar el desayuno, beso la frente de su madre y la mejilla de su padre quien mantenia una postura rigida mientras se removia nervioso en la silla lo cual lo relaciono a lo incómodo que sería su tiempo a solas con su madre, con la que ya hace más de seis años se habían separado por acuerdo mutuo aunque más de parte del padre de la chica pero a pesar de aquello las visitas que le hacía a su hija eran a menudo y más en aquellos momentos donde Shawn no estaba viajando. Cuando Levana habló con él sobre la situación de su hermano. Shaw no dudo dos veces en ir a apoyarlas a ambas, organizado incluso algunas expediciones buscando al chico, sin éxito claro estaba pero el hacia todo lo posible por que aunque Sam no fuese su hijo, le había llegado a tener demasiado aprecio y sin contar el enorme amor que su hija tenía por él.

En el camino a la preparatoria, la lluvia se estaba haciendo presente cada vez más. La reserva no era el lugar más cálido del mundo pero ese olor a tierra mojada y la tranquilidad que transmitía todo aquel lugar, hacía que todo lo malo o al menos la mayoría se compensará. Se detuvo a mirar hacia las puertas de la escuela y para su sorpresa, unos brazos la rodearon para a su vez girarla y hundirla en un cálido abrazo.

Jared Cameron estaba feliz de por fin ver a su novia.

-¿Has conseguido conciliar el sueño al menos un par de horas? -Atrapó entre sus manos el rostro de la chica sumamente preocupado por las ya evidentes ojeras que se pronunciaban en ella.

-No, realmente lo intento pero mi cabeza solo logra dar vueltas y más vueltas ya sea pensando o esperando a que Sam regrese. -Lo miró con tristeza en su rostro. -Ya han pasado casi 2 semanas -dijo frustrada-.

-Él estará bien, ya verás que pronto regresará. Quizá necesitaba un suspiro. -Le dedico una sonrisa sincera. -De seguro debe de tener mucho en que pensar cariño.

Jared la acerco más hacia él y beso su frente mientras la acogia entre sus brazos protectoramente. La delgada y pequeña figura de Levana hacia que se viera sumamente diminuta entre los brazos de Jared y es como no si con apenas 1.55 cm de altura, era como si una niña pequeña abrazará a un gran lobo.

Levana trato reprimirse para no soltar alguna lágrima pero había sido en vano, en los brazos de Jared se sentia tan comoda y calida que le era casi imposible no rendirse ante él y es que vaya que cuando se trataban de las debilidades de Levana Uley, Jared Cameron era parte de aquella lista en la que se encontraban todas aquellas cosas por las que ella podria volverse vulnerable.
Su novio sentia como poco a poco la humedad de su playera cada ves era mas notoria pero no iba a dejar asi a su chica. Como si hubiera sido un propio reflejo de este, solo la abrazó lo más fuerte que pudo con cuidado de no lastimarla y es que si bien él no podía ser de mucha ayuda, partiendo del hecho de que ni siquiera era como si Sam y el se llevaran muy bien o fuesen grandes amigos; comprendía cómo debería de estar sintiéndose Levana, lo había visto en su manera tan cambiante de actuar además de los repentinos cambios de humor y aquellas lágrimas que se hacían presentes con más frecuencia cuando antes era casi imposible verla de aquella forma; tratando así, de estar a su lado todo el tiempo que fuese necesario apoyandola.

𝐋𝐮𝐳 𝐝𝐞 𝐥𝐮𝐧𝐚 ||  Seth ClearwaterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora