Levana odiaba los secretos y las mentiras. Una llevaba a la otra y así se formaba un círculo interminable.
Su hermano le ocultaba cosas para "protegerla" y su novio la había dejado por "su propio bien". Y ella solo queria alejarse de todo aquello...
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Era sábado por la mañana en La Reserva, el sol se asomba cada vez más por la ventana haciendo que la habitación color café de Lebana se llenará de más iluminación.
Aquella habitación estaba cada día más vacía, las cajas que se encontraban todas dispersas por cada rincón. Se encontraban llenas de objetos de la chica ya sean libros, ropa, discos y sobre todo recuerdos. Todo estaba siendo cuidadosamente empaquetado por ella, claramente iba a dejar algunas pertenencias para cuando visitará a su madre pero en general. La habitación ya estaba más que vacía.
—¿Tu madre te ha dado permiso de ir conmigo a la parrillada en casa de los Clearwater? —preguntó Levana mirando a su amigo amenazante mientras doblaba algunas blusas.
—Ya te he dicho que si, si no ¿por qué habría gastado más de lo que me dan en un mes en golosinas y un libro para el chico? —dijo entre dientes Quil.
—Te lo pagaré, ¿de acuerdo? —Quil la miraba sin crearle mientras tomaba un dulce de la gran bolsa que tenían sobre la cama de la chica—. Solo deja qué papá me de mi mesada y ya por fin pueda trabajar y ¡hey! —exclamó quitandole la bolsa. —No te los comas Quil.
—¿Sabes que será una reunión muy incomoda, no? Empezando por el hecho de que quizá nos encontremos a tú hermano ahí.
—Se lo prometí a Seth, aunque más a Leah. No quiero que se quede sola y menos si mi hermano y Emily estarán ahí.
—Y así fue como yo fui arrastrado... —Se tumbo en la cama mientras desacomodaba intencionalmente la ropa que ya había doblado su amiga solo para hacerla enfadar.
Hace un par de días, Seth y Leah habían visitado a Levana para saber cómo estaba luego de los acontecimientos de meses atrás y otros quizá nuevos. Además de que él chico, había ido para externarle su invitación para su cumpleaños número 15.
Había dudado en aceptar su invitación pero finalmente había sido convencida por Leah de asistir.
Si bien la chica al principio no estaba tan convencida de asistir, confirmo lo difícil que sería ir luego de escuchar quienes eran los que también habían sido invitados. Se maldijo así misma por haberle prometido al festejado tiempo atrás, recompensarlo con golosinas en su cumpleaños. En que cosas te metes Levana —pensó—
A las cuatro treinta, Levana, Quil y la madre de la chica; ya estaban listos para salir hacia la casa de los Clearwater. Allison Uley había preparado dos postres como obsequio para el chico, los cuales por supuesto. Llevaba cargando Quil.
Podía notarse durante el camino, el nerviosismo de ambos chicos. La Sra. Uley por supuesto que lo había notado y por lo cual había jugado un par de bromas para que estuviesen más cómodos en el trayecto lo cual en su momento había funcionado hasta que llegaron a la puerta de los Clearwater. La madre de Levana sabía que algo pasaba con los los demás chicos pero creía que solo era cuestión de tiempo para que se arreglaran.
