Este es un fanfic de la saga de Piratas del Caribe. Se ubica en el tiempo luego de la 4ta y 5ta entrega de la saga. Trata de lo que sucedió después de que el Capitán Jack Sparrow abandonara a Angélica Teach en una isla desierta.
Pasan 17 años luego...
-¿Tortuga?- habló Barbossa.- ¿Qué no tienen otro lugar a donde ir?
Yemayá puso los ojos en blanco, casi siempre Héctor se estaba quejando de cualquier cosa últimamente.
-Ese era el lugar donde Jack la ha abandonado- dijo Yemayá volviendo a mirar la brújula para confirmar que las coordenadas sean las correctas- me extraña un poco que después de todo lo que ha pasado haya venido aquí.
-Alguna razón tendrá, señorita- dijo Gibbs- Jack siempre regresa a ciertos lugares cuando está triste o algo así.
-¿Triste?- Yemayá estaba sorprendida.
- No demostraba nunca sus sentimientos, pero cuando algo lo afecta suele alejarse.
El Perla cada vez se acercaba más a la isla y los nervios de Yemayá aumentaban. ¿Cómo le explicaría a su madre todo lo que ha sucedido?
"Hola mamá, secuestraron a papá y necesitamos tu ayuda para ir tras él". Siiii claaaaaro, como si fuera tan sencillo.
***
Angélica Teach estaba sentada en la fría arena pensando en todo. ¿Cómo estaría su hija? ¿Jack la habría aceptado? ¿Y si estaba sola? ¿Había hecho bien en dejar a Yemayá ir tras su padre del que tanto le ha hablado?
Esas preguntas eran las que invadían su mente desde que se separó de su hija.
Habían vivido un tiempo en Tortuga pero luego cuando un barco pasó por allí, las recogió a ambas y las alcanzó hasta Santo Domingo, donde casi no tenían mucho.
Cuando Angélica se despidió de su hija en Santo Domingo ella regresó a Tortuga por alguna razón.
-Maldito, Sparrow- se decía siempre- cada vez que quiero alejarme siempre encuentro la manera de volver a ti.
Angélica había vuelto a Tortuga porque ese fue su "hogar" desde que fue abandonada allí. Había recorrido la zona, sabía donde crecían las frutas, sabía cómo pescar y cómo defenderse de los depredadores. Todas esas cualidades las aprendió gracias a su padre y luego ella se las enseñó a su hija para que pudiera adaptarse al igual que ella.
Además tenía todas sus pertenencias escondidas en un pequeño pozo bajo la arena que los piratas usaban para contrabandear el ron. Una de esas cosas era el vudú Sparrow.
-¡¿Pero QUÉ DEMONIOS?!- exclamó furiosa al ver como la nave con velas negras se acercaba cada vez más hacia ella.
Cuando anclaron la nave, Yemayá y los demás piratas descendieron de ella por las cuerdas que colgaban de sus costados. Angélica se levantó furiosa y comenzó a caminar y luego a correr al verla.
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-¡¿Hija?!- exclamó
-¡Mamá!- se dieron un fuerte abrazo que no querían que terminara.
Cuando finalmente se desprendieron, Angélica la tomó delicadamente del rostro y cuando vio las marcas de los golpes su expresión de felicidad cambió a enojo.
