Capítulo 2: Más allá de mi muy amado horizonte.

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Capítulo 2: Más allá de mi muy amado horizonte.

Diecisiete años después ...

- Mi Capitán, llevamos años recorriendo el océano y no tenemos un rumbo fijo, ni un destino.

- ¿A caso dudas de mí, Maestre Gibbs?

-Por supuesto que no, Jack. Solo que, a la tripulación y a mì, nos preocupa un poco estar navegando por diecisiete años y no haber llegado a nada. Estamos envejeciendo, Jack. No tiene caso seguir parando en cada puerto a buscar comida, Ron, especialmente el Ron, y luego seguir navegando, ¿Qué estamos siguiendo exactamente, mi Capitán?

- Las estrellas, Maestre Gibbs. Sé que hay algo más allá de mi muy amado horizonte. Lo sé... Así que, siga con mis órdenes.

- A la orden, mi Capitán.

El Capitán Jack Sparrow, estaba confundido. Todo el tiempo estaba al pendiente de su brújula. Pero, ¿Qué estaba siguiendo exactamente? Dudo mucho que sean las estrellas. Extraño mucho los destinos que solíamos tener, como cuando estuvimos a punto de morir en el fin del mundo, o cuando nos dirigimos hacia la fuente de la juventud, o cuando peleamos con el Capitán Salazar... Esa última aventura, donde perdimos al Capitán Barbossa... Su pérdida, nos dolió mucho, a nosotros los piratas, pero sobre todo a su hija Karina, quien luego cambió su apellido por el de su padre, Barbossa. ¿Qué habrá sido de la Señorita Barbossa? Por lo que yo, Joshamee Gibbs, recuerdo que había bajado del Perla con el joven Turner, el hijo de Will y Elizabeth Turner. Esos dos tortolos...

Cada día, cada minuto, cada hora, cada mes, cada año, envejecemos aún más. Seguimos navegando los océanos sin ningún sentido. Nosotros, la tripulación, seguimos las órdenes de nuestro Capitán , pero tenemos derecho a tener nuestras dudas. Cuando llevas diecisiete años navegando sin un rumbo fijo, creo que puedes tener derecho a preguntar.

Cada día, Jack estaba aún más extraño. Siempre fiel a su brújula, y al Ron, oh si, a nuestro Capitán le fascina el Ron.

- ¡Maestre Gibbs!

-Sí, mi Capitán.

-Necesito un reporte de cuantas provisiones nos quedan a bordo.

- Muy pocas, mi Capitán. Me temo que no tendremos nada para esta noche.

- ¿Y el Ron?

- Se agotó el Ron, mi Señor.

- Dile ahora mismo a la tripulación que pararemos en el puerto más cercano a conseguir provisiones, y más Ron. Barriles de Ron.

- A la orden mi Capitán. ¡ATENCIÒN TRIPULACIÒN! El Capitán ordena que desembarquemos en el puerto más cercano a conseguir más provisiones, pronto, ¡MUÈVANSE!

Algunos hombres se quedaron vigilando al Perla, mientras Jack, Scrum y yo íbamos en busca de las provisiones, y el Ron. No teníamos idea de dónde estábamos, asi que pregunté.

-Disculpe, Señor.

-Dígame.

-¿Sería tan gentil de decirme en dónde estamos?

-Por supuesto, Señor. Están en Santo Domingo.

-Muchas Gracias, Señor.

- Es un placer. Con su permiso.

-¿Entonces, Gibbs? ¿En dónde alcornoques estamos?

- Mi Capitán, estamos en Santo Domingo.

- ¡¿Santo Domingo?!

- Así es, mi Capitán. ¿Algún problema, mi Capitán?

- No, ninguno Gibbs. Sigamos el curso.

PIRATAS DEL CARIBE: "La hija del Capitán"Where stories live. Discover now