Curiosidad

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No iba a mentir, en cuando vio al amigo de su hermanito la curiosidad le pico, jamás en su vida había visto a alguien tan peculiar, ¿Ojo rojos como la sangre? ¿Cabello celeste ceniza? Definitivamente aquella era una imagen diferente

Todo el mundo estaba en el auto de Touya quien manejaba hacia la casa de su novio, todos estaban en silencio, Keigo solo miraba por la ventana apoyando su cabeza con su mano, Shōto y Midoriya se quedaron dormidos todo por estar enviándose mensajes hasta las tres de la mañana, Tenko pasaba las páginas de su viejo libro que su hermana le había regalado y Touya solo se concentraba en manejar aunque de vez en cuando miraba por el espejo al joven de cabellos celestes pero no le daba tanta importancia a su curiosidad

Se estacionó en la casa de Keigo quien volteo a verlo
–Te veré mañana

–Si claro– respondió frío, ambos se besaron rápidamente y el rubio se bajó, cerro la puerta y se fue a su casa

Touya aceleró dirigiéndose a su destino, el azabache pasaba de largo a los demás autos sin darle importancia al hecho de que podría causar un accidente, claro esto no lo podía ignarar el contrario

–Oye– hablo el peliceleste, el sonido de su voz había picado más en fondo su curiosidad

–¿Qué quieres fenómeno?– al de ojos carmín le tembló una ceja a la vez que fruncía el ceño y la vena de su frente se hinchaba

–Maneja bien, carbón idiota– ordenó el peliceleste a lo que Touya aceleró retando al menor quien se vio más molesto
–Si te quieres matar por el fracaso de relación que tienes hazlo solo, imbécil– se quejo, Touya iba contestar pero tuvo que frenar de golpe al casi atropellar a una viejita que cruzaba la calle

Tenko solo se recargo en el asiento sonriendo orgulloso, su sonrisa llamo la atención de Touya, quien lo diría, era hermosa

El peliceleste volteo a ver a sus amigos y se sorprendió de ver que ambos seguían dormidos


No tardaron más de diez minutos en llegar a la gran casa de Enji Todoroki, donde vivían tres días a la semana, todo por la gran idea de la custodia compartida que Enji peleó hasta los huesos con la promesa de no exederce con sus hijos

Estacionó el auto en la cochera apagando todo mientras el de ojos sangre guardaba sus cosas

–¡Ey escarabajo! ¡Despierta!– grito pero no hubo efecto, giro los ojos, volvió a encender el carro y tocó el claxon logrando terminar a los dos amantes de golpe
–Ya llegamos enano– salió del carro al mismo tiempo que Tenko, pero él ignoro a los tres pequeños escarabajos y se metió a la casa mientras el peliceleste esperaba a qué sus amigos salieran del coche

Se sorprendió, y mucho al ver qué adentro de la casa era más grande, para él que vivía en una casa que ajustaba sus necesidades pues su padre prefería gastar el dinero en cosas más importantes que el hogar

–¿De que carajo trabaja tu padre?– le cuestiono a Shōto

–Es el presidente de su compañía– le respondió simple

–¿Y de que es la compañía? ¿De armas?– el bicolor se vio confundido.

–No, es de tecnología– Tenko solo asintió
–¿Dónde hacemos el trabajo? ¿En la sala o en mi habitación?– cuestiono Shōto

–En la cocina– respondió Touya poniendo su hombro en la cabeza de su hermanito mientras respondía mensajes desde su teléfono
–Debo cuidarlos ¿Lo olvidas?– Shōto alzo la ceja

–¿Desde cuándo haces caso a lo que dice Enji?

–Desde que casi quemas la casa– respondió con obviedad

DangerousWhere stories live. Discover now