Capítulo 5

451 40 11
                                    

Caddie

Entreabro los ojos confundida, aún entre sueños, cuando siento una leve presión en mi cintura.

¿Dónde estoy? De seguro no es mi cama, nunca ha sido tan cómoda. Al alzar mi mirada después de ver un torso casi por completo descubierto debido a la camisa arrugada, pude darme cuenta de la situación en el cual me encuentro envuelta.

Kaden y yo nos encontramos acostados sobre el sofá, enredados el uno con el otro. Por mi parte, estoy cómodamente acurrucada sobre su pecho, abrazándolo como si se tratara de una almohada y tengo una de mis piernas entrelazada a las suyas. Él tiene su mentón apoyado sobre mi cabeza y con su mano enganchada a mi cintura me mantiene aferrada contra su cuerpo para evitar que me escape.

¿En qué momento de la noche hemos llegado a esta posición tan íntima?

Sonrío sin pensarlo. Nos hemos quedado dormidos, juntos.

¿Qué hora es? Joder, la fiesta. Debo admitir que fue muy irresponsable de mi parte haberme quedado con él. Aunque con toda la gente que había, dudo de que alguien haya notado mi ausencia.

Comencé a deshacerme de nuestro abrazo de manera delicada e intenté incorporarme lentamente. Creí que lo había conseguido cuando los brazos de Kaden volvieron a tomarme por la cintura para colocarme sobre su pecho otra vez.

—¿A dónde crees que vas pequeño estorbo? —preguntó con voz ronca y profunda, abriendo sus hermosos ojos verdes para mirarme aun algo adormilado.

—Kaden, nos quedamos dormidos.

—Ya lo creo —respondió ronroneando.

—¡La fiesta!

Entro en pánico e intento ponerme de pie, pero él me lo impide al tomarme nuevamente y darnos la vuelta para quedar exactamente al revés. Sin preocupación alguna, él se acostó sobre mi pecho y coloca sus brazos alrededor de mi cintura, abrazándome.

Kaden suspiró y volvió a cerrar los ojos, gustoso con la nueva posición.

¡Kaden es demasiado temprano para tus conquistas!

—¿No crees que deberías esperar un rato más antes de estresarte, Caddie?

¿Cómo puede estar tan tranquilo?

—Kaden, de verdad, creo que deberíamos... —comencé pero fui interrumpida.

En ese momento alguien abre la puerta del sótano. Dirijo mi mirada aterrada hacia la figura que se encuentra parada allí y suelto todo el aire contenido en forma de alivio al notar que se trata de Jessie. Podría haber sido mucho peor. Si alguno de sus padres nos hubiese encontrado así, no tengo ni idea de que hubiera hecho.

—Así que aquí estaban, eh.

—De verdad lo siento yo... —comencé a decir antes de que Kaden me cortara.

—Buenos días hermanita ¿te importaría cerrar la puerta cuando te vayas? Las cosas se estaban poniendo muy interesantes aquí —suspiró relajadamente.

Lo miré indignada y volví mi mirada hacia Jessie. ¿Por qué me siento culpable? Después de todo no hemos hecho nada, tan solo nos hemos quedado dormidos.

—Kaden debes levantarte ahora mismo, mamá y papá llegaran en cualquier momento. —le reprochó su hermana.

—Y eso debería importarme por qué... —murmuró sarcástico.

—Porque realmente van a molestarse cuando vean el desastre que ha quedado arriba —él bufó.

—De acuerdo, enseguida subimos —le aseguró Kaden aun sin soltarme... aunque a decir verdad me encuentro realmente cómoda entre sus brazos, huele de maravillas.

Inefable [Libro 1] Palabras bonitas (Disponible en Amazon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora