Inefable [Libro 1] Palabras bonitas (Disponible en Amazon)

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Es inevitable ponerme a temblar. Respiro agitadamente. Apoyo las manos sobre el lavamanos.

—¡Kaden! —grito.

No se si reírme o largarme a llorar como una ñiña. Tal vez puedo hacer ambas.

—¿Qué sucede, pequeña? ¿Puedo entrar? — pregunta desde afuera del baño.

Tomo la prueba y abro la puerta para enseñársela. Las dos líneas resaltan.

Positivo.

La expresión de Kaden se queda dura. Observa la prueba de embarazo durante unos segundos. Lo dejo procesarlo. Mis ojos de llenan de lágrimas mientras me sale una carcajada.

Kaden vuelve sus brillantes ojos verdes a mí.

—¿Es...? —traga duro—. ¿Es de verdad? -veo que sus ojos se ponen aun más brillosos—. ¿Tendremos un bebé?

Asiento.

—Sí cariño, seremos padres.

Su cara se ilumina y se apresura a tomarme de la cintura y estrecharme contra él. Le rodeo el cuello devolviendole el abrazo. Comienzo a llorar sin más. Kaden me toma del rostro y me besa con desesperación. Me río contra su boca mientras nuestras lenguas se encuentran.

—Te amo, te amo, te amo —repite sin dejar de besarme.

—Yo también te amo Kaden.

—Joder, ¿qué haremos? —pregunta.

—Pues ya veremos, por ahora ser felices —le respondo aún sollozando.

—Serás la mejor y más hermosa madre de todo el mundo. —dice dejando un rastro de besos por mi rostro.

—No pude haber elegido un mejor padre para mi futura hija o hijo.

Kaden me sonríe. Sigue derritiendome con ese gesto. Acaricia mi cintura tranquilamente mientras nos miramos a los ojos. Yo dejo caricias en su rostro.

—Detesto irme pero debo ir a la empresa pequeña. Tengo una reunión importante, pero vendré apenas salga.

—Está bien cariño, ve —le digo sin borrar mi sonrisa—. ¿Quieres que nos guardemos la noticia por un tiempo?

—Como tu prefieras estorbo, ¿de cuánto estás?

—Si mis cálculos no fallan, tres semanas.

—Bien. Luego iremos por una revisión ¿Te parece?

—Por supuesto.

—Bien. Te amo —me da un corto beso.

—Te amo —respondo.

—Puedes decirle a quien quieras cariño, no tienes que preguntarme.

—Claro que sí, somos un equipo. Debemos tomar las decisiones juntos —aclaro.

—De acuerdo —dice y se acerca para darme otro beso.

Cuando Kaden traspasa la puerta la noticia recae en mí. Hace unos pocos meses decidimos dejar de cuidarnos. Ambos teníamos el deseo de ser padres.

A decir verdad estoy aterrada. Pero confío en nosotros. Sé que podemos con esto.

Solo voy a decirle a una persona por ahora. Luego esperaremos un tiempo y compartiremos la noticia juntos.

Tomo mi celular y marco el contacto de mi mejor amiga. Contesta antes de que suene el primer tono.

—¡Hola Diddie!

—Hola Desty —respiro hondo antes de seguir hablando—. Escucha, tengo algo que contarte.

—Que casualidad, estaba a punto a llamarte... también debo contarte algo.