Capítulo 15: No se puede huir de lo que nunca se ha superado.

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Atticus.

Abro los ojos ante su llamado. Soltando un suspiro, tomo la muñeca de Belle jalándola hasta dejarla junto a mí en la cama. Ella no tarda en acomodarse a mi lado y yo no hago más que recostar mi cabeza sobre su pecho, acurrucándome contra ella.

— No te acostumbres, puppy. — advierto, dejando que deje caricias en mi cabello y si quiere, que me abrace también.

Belle parece emocionarse por ello, haciendo caso omiso a mis palabras. Y yo, por alguna razón, me siento bien estando en esta posición con ella, recibiendo sus caricias.

Cierro mis ojos y paso un brazo por la cintura de Belle, abrazándola. Me gusta abrazarla y el contacto físico con ella parece menos terrible de lo normal.

No.

El contacto físico con Belle es bueno. Incluso mejor que bueno y no entiendo por qué.

No entiendo porque no siento las nauseas, ni el desagrado, ni porque bi tengo esos otros síntomas. Pero, de todos modos, no me importa demasiado saberlo. No cuando esto no me afecta de forma negativa, sea lo que sea que ocurra, Belle no parece hacerme tan mal.

— Mañana tráeme pastel. — pido a Belle.

— ¿Pastel? — cuestiona, curiosa.

— Sí. Quiero comer pastel.

— ¿De qué sabor? — pregunta con su voz dulce.

— De fresas y chocolate.

— Te gusta mucho el chocolate, ¿cierto? — dice, soltando una risita. — Siempre me estas pidiendo chocolates o cosas con chocolate.

Suelto un bufido. — Tú siempre estas preguntándome que quiero comer, así que... —dejo la frase en el aire.

Ella ríe. — Esta bien

bien, te traeré chocolate mañana. — su voz suena divertida. — Vendré después del colegio, como siempre.

Mis labios se alzan en una pequeña sonrisa que trato de ocultar sin éxito.

Con Belle, ya hemos llegado al punto en que puedo pedirle comida sin sentirme apenado por ello. Y eso se debe, principalmente, a que Belle no es del tipo que juzga a otros, de hecho, a ella parece darle igual todo eso de los prejuicios, lo he estado notando desde que llegué aquí.

Es difícil encontrar personas así en estos tiempos. Bastante difícil.

Y si lo pienso bien, creo que, en mi vida, solo he conocido a tres personas así, Jimin, Belle y mi hermano.

Frunzo el ceño ante el recuerdo de mi hermano, sintiendo que hay algo importante que he olvidado.

¿Qué día es hoy?

— Puppy, ¿Qué día es hoy? — cuestiono, interrumpiendo su parloteo sobre algo.

— ¿Hoy? — cuestiona confusa, a lo que yo asiento. — Uhm... Es lunes veinte de Julio, del dos mil veinte. — dice, sonriéndome y dándome incluso el año en el que estamos.

Inevitablemente comienzo a temblar, sintiendo unas intensas ganas de vomitar y huir.

Joder, en tres días es «el» día.

— Tengo que salir de aquí. — suelto levantándome con rapidez.

Belle me mira confundida y yo no hago más que buscar entre mis cosas hasta dar con una muda de ropa más o menos decente para llevar.

Una dulce adicción (#1 GEMELOS EVERETT)Where stories live. Discover now