4

3.7K 460 513
                                    

Bakugou, frente a él, seguía teniendo la mandíbula apretada y una mirada de molestia a pesar de que Mina se había ido minutos antes, dejándolos a ambos solos

Oups ! Cette image n'est pas conforme à nos directives de contenu. Afin de continuer la publication, veuillez la retirer ou télécharger une autre image.


Bakugou, frente a él, seguía teniendo la mandíbula apretada y una mirada de molestia a pesar de que Mina se había ido minutos antes, dejándolos a ambos solos

No había dicho nada, incluso cuando Eijiro le ofreció un vaso de agua diciéndole que se calmara

Se sentó a su lado, mordiéndose el labio inferior

— No tenías que reaccionar de esa forma, Katsuki — Dijo con un tono suave

El mayor lo miro con el ceño fruncido

— Iba a besarte. Esa... Mujer iba a besarte y—

— Tú has besado a Uraraka — le interrumpió el pelirrojo, ahora con expresión dolida — ¿No es eso injusto, Bakugou? ¿Qué tú tengas una amante y te estés comportando de esta forma? ¿Ya te has acostado con ella?

El contrario no dijo palabra por varios segundos, bebiendo agua en silencio, y cuando dejó el vaso sobre la mesita de la sala, lucia mucho más calmado

— No — Dijo al final — Sabes que no lo he hecho, Eijiro

El pelirrojo arrugó los labios, negando con la cabeza

— ¿Por qué debería creerte?

— Porque sabes que no te mentiría con eso — replicó Bakugou poniéndose de pie —. Por mucho que quiera el divorcio y este enamorado de Uraraka, sabes que no me acostaré con ella hasta que los papeles estén firmados. Incluso sabes que si la he besado, ha sido después de pedirte la separación, de decirte la verdad. ¿No es así?

Sonriendo amargamente, Eijiro, asintió, forzándose a no lucir herido a pesar de las palabras de aquel hombre que tanto amaba.

Tenía claro que su esposo no le mentiría con eso, que estaba diciendo la verdad, pero eso no lo hacía más fácil. De alguna extraña forma, si le hubiera dicho que se acostaba con Ochako, no tendría tantas dudas porque habría atribuido que los deseos de separación a una calentura de Katsuki por su asistente, sin embargo... Si no se habían acostado y con suerte habían compartido unos besos, eso significaba que había sentimientos más profundos que le aterraban.

— ¿Qué estás haciendo aquí, Bakugou? — Pregunto con voz rota

El rubio apuntó su bolso

— Vengo por los papeles — contestó impasible —, pero también tengo claro que eres una persona demasiado terca, Eijiro — Suspiro sentándose — Treinta días, ¿no es así?

Eijiro miro a los ojos rojizos de su marido

— ¿Cómo pretendes hacerlo? — Katsuki suavizó su tono — comprendes que ya no te amo, solo te estás haciendo más daño, Eijiro, mi niño.

Que le llamara con aquel apodo tan significativo hizo que algo doliera dentro de él.

— ¿Más daño? — se burló quebrado —. ¿Cómo me voy a hacer más daño, Bakugou? El hombre que amo quiere dejarme porque está enamorado de otra y lo único que pido son treinta días para poder demostrarle que aún puedo ser suficiente para él

𝙰𝚙𝚎𝚐𝚘Où les histoires vivent. Découvrez maintenant