11 / 𝐎𝐧𝐳𝐞

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Un débil tarareo se escuchaba por la habitación, tan desolada pero cálida en la que en algún momento se escuchaba un pitido continuo, que había simplemente parado en señal de desconexión.

La melodía era tierna, tranquila narrandole buenas noches a una mariposa quien había mostrado su belleza al mundo, pero que después de eso no le quedaba tiempo de vida.

—No temas...

El chico tomó fuerzas para si, sin querer cantar con la voz temblando.

—Dormir es natural, y en un lugar mucho más feliz estarás... Calla, no llores... Una felicidad eterna te esperará...— murmuró terminando la canción escondiéndose en el cuello de su madre por última vez notando que su calor se desvanecía lentamente, casi de forma imperceptible hasta que el resultado final se presentara ante el tacto.

(. . .)


La chica se sentía extrañada, había esperado toda la mañana en la puerta de la secundaria, sin encontrar rastros de su novio. Había caminado con la esperanza de que se le sumara en dicho trayecto pero no llegó.
No sabía nada de dónde pudiera encontrarse más que preguntas por él de diferentes personas pensando que al ser su novia, quizás si supiera algo que ellos no. Ingresó a clases con un mal sabor de boca, sus mensajes no fueron contestados, sus llamadas menos y eso ya la estaba asustando más de lo habitual.

Sus amigos notaban su preocupación sin tocar el tema por saber que la confianza no estaba del todo incorporada entre ellos, además que casi no habían oportunidades de hablar en esas clases de matemáticas.

—Mitsuba, ¿sabes la respuesta del ejercicio D?— cuestionó su profesora al notar su mirada perdida en un punto fijo, creándose sus propios escenarios de posibilidades por las que Kou no estaba ese día, y por las que no contestaba su teléfono al instante como acostumbraba. Tsukasa lo trajo de las nubes en un pequeño golpe en su hombro susurrando su nombre en busca de que lo oyera, explotando la burbuja en la que se había perdido completamente.

Ella rápidamente miró a su docente, comprendiendo el ambiente que la encogía debido a las miradas que recayeron en ella.

—No lo sé.

Respondió con sinceridad haciendo que todos notaran que algo malo pasaría o que simplemente querían ver la discusión que se armaría por ser la estudiante una persona que decía lo que pensaba sin replantearlo dos veces.

Un aire de incomodidad se formó entre los asientos de los estudiantes hasta que fue interrumpido por un estudiante que conocía perfectamente de un curso mucho más avanzado.

Tocó la puerta dos veces seguidas, para abrirla y ver a la mujer a cargo de la clase.

—Disculpe la interrupción, vengo con el permiso de la directora para llevarme a uno de sus estudiantes para informarle algo sucedido.— dijo el rubio clavando la vista en la pelirrosada que se levantó al notar que la mujer le daba el permiso por venir de ordenes de su superior.

Teru sabía que tenía estar preocupada. Kou casi nunca faltaba, por lo que era mejor dejar las cosas claras.

Ambos salieron siendo Mitsuba la primera en tomar la palabra por su preocupación, aparentemente infinita, a la que el Minamoto calló en un siseo por nisiquiera darle tiempo de responder.

Your Type 𓂃 MitsukouWhere stories live. Discover now