❆epílogo❆

9.3K 422 52
                                    

Cuando la estrella permanece al lado de la luna. 

Epílogo.

            “No puedes simplemente abandonarle.” Oliver Dixon me dijo casi como un consejo. Su rostro permanecía inexpresivo y las manos unidas, con el mismo aspecto que su padre—quien era un empedernido adicto a la pesca— representaría dentro de una intensa atmósfera como Oliver se encontraba instalando, sin siquiera haber pedido el permiso a la otra debatiente de empezar una discusión.

Solté la prenda de mis manos, resoplando con frustración. Me volteé sobre mi propio eje en un intento de encontrar los ojos grisáceos de Oliver, pero eludió mi mirada raudamente. Quise recoger la vestimenta rosa del piso de una madera ostentosa, pero pensé que era preferible encargarme del asunto de Oliver primero. Realmente me era necesario encararle con aquel requerimiento que hacía falta desde unos días atrás debido a sus miradas fulminantes y su nerviosismo al notarme en los salones en los que nos hallábamos. Apreciaba de una manera inigualable a Oliver, pero era inevitable no aclarar el tema de Harry.

           “Escucha, Olive.” Traté con cuidado mis palabras. Oliver probablemente se saldría de control si no le obsequiaba la razón. Oliver Dixon era una de las pocas personas a las cuales era capaz de entregarles mi confianza sin pensármela dos veces. Olive me importaba por su forma de ser ingenuo, pero en cuanto menos lo esperas, entierra aquella fortaleza escondida para protegerte si reflexiona acerca de ti o de cualquier otra persona; él pensó en mí como yo en él, y así concordamos en una amistad imprescindible. “No lo abandonaré. Mira, estaré allá por un tiempo y volveré para visitarte, ¿lo entiendes?” Posé mi mano en la de él cuando me hube acercado lo suficiente. Acaricié la suave superficie de sus dedos para tranquilizarle. Yo también le echaría demasiado de menos.

Me apretó la mano, acomodándose más en la cama que se cubría por una sábana larga de camiones de juguetes que su hermano menor trajo en la noche para acurrucarse junto a él por el miedo que la película de terror que habíamos visto el día anterior ocasionó directamente a él. Pasé un mechón de su cabello hacia atrás, tratándolo como un niño pequeño. Oliver solía decir que era molesto el hecho de que por ser mayor que él por unas semanas no me daba el derecho de quererlo como un juguete de un bebé que su hermana menor utilizaba en la alfombra de su habitación y al otro día, la cabeza se localizaba en el tocador o el comedor.

                “No me dejarás a mí, ¿cierto? Creo que haré una transferencia el próximo año a la Universidad de Londres. Tendré que hablar con mis padres primero, ¿verdad? Tengo miedo de estar solo.” Él me expresó con dolor. Reanudó cerrando los ojos como frecuentaba a hacerlo cuando no le apetecía hablar y la saliva se le trababa en la garganta, “Pero estoy cambiando de tema. No quiero que te alejes de Harry, ¿de acuerdo? Escucha, Megan. No conozco a Harry en persona, pero por lo que has hablado ha sido bueno y además, me has contado varias aventuras que han tenido; ustedes son una buena pareja.”

No estarás solo, quise prometer precedente a su asimilación de lo solitario que estaría en su universidad. No dejé de vincular nuestras manos para demostrarle mi apoyo físico, pero me exigía hablar para calmar sus razonamientos incoherentes. Luego, escuché su opinión acerca de Harry. Me encantaba y aliviaba que a Oliver le agradara mi compañía, y me sugiriera qué hacer cuando me enfrentaba a los problemas de pareja.

                “Hace una semana me ha llamado y le he contado sobre que me retrasaré una semana.” Le informé, mordisqueándome los labios. Aguardé a que no se entrometa más, pero a en realidad no era que Oliver fisgoneara porque él se introducía con la voluntad de ayudarme en lo que le fuera posible.

ask ✖ h.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora