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Cuatro días habían transcurrido y aún no habían visto los rostros de JongHo y Yeosang desde que el celo del gorila había iniciado, por ello, SeongHwa comenzaba a considerar la idea de llamar a un servicio de limpieza y desinfección una vez que aquellos tortolos desocupasen la habitación. Aunque disfrutaste el limpiar con sus propias manos, no pensaba entrar a ese lugar hasta que cualquier fluido corporal hubiera desaparecido de ella por completo.
Sabía lo que el celo significaba para los cambia formas, él mismo había ayudado más de una vez a HongJoong con el suyo; sabía que era algo muy doloroso he insoportable, y que era algo que sucedía dos veces al año, sabía que en omegas solo duraba un día, y en alfas más de dos.

Agradecía no ser un cambia formas, pero a veces le hubiera gustado serlo solo para poder experimentar lo que JongHo y YeoSang experimentaban. Deseaba poder hacerlo para darle a HongJoong lo que realmente merecía.

Salió de su ensoñación cuando la presión de unos suaves labios dejando un pequeño beso en su mejilla lo interrumpió, parpadeó algo confundido y luego sonrió al percatarse de que su chico había llegado hasta él.

—Dejé la bandeja de comida fuera de la habitación. Toqué la puerta para avisarles, pero parece que están más interesados en comerse las bocas entre sí que comer comida real. —HongJoong rió mientras relataba, se había sentado sobre el regazo del humano y había recostado su rostro en el pecho. Hwa lo rodeó con sus brazos y plantó un beso sobre su cabellera rubia. También rió.

—Nunca imaginé que el celo de un alfa fuera tan fuerte. Casi siento pena por YeoSang. —Bromeó. HongJoong sonrió.

—Yo también siento pena por él. Estoy agradecido de no tener un alfa. —Admitió. —Prefiero tenerte a ti.

El corazón de Seonghwa latió fuertemente dentro de su pecho y estrujó con cariño al omega entre sus brazos, conmovido por sus palabras.

—¿Es esa una nueva forma de decir que me amas y que soy mejor que cualquier alfa?

El omega asintió.

—Lo es.

—Entonces yo también te amo.

(...)

Las mejillas de YeoSang se encontraban rojizas por el esfuerzo, el sudor empapaba su rostro y su larga cabellera rubia saltaba hacia todas las direcciones, despeinado. Su torso estaba completamente desnudo, pequeños moretones estaban distribuidos aleatoriamente por su piel, decorandola. Unos fuertes brazos abrazaban perezosamente su pecho y abdomen desde atrás, mientras que su espalda estaba recostada sobre el pecho de JongHo con comodidad mientras aguardaban a que el nudo del alfa se deshinchase para retirarse de su interior, tan grueso y caliente que si YeoSang se movía solo un poco, terminaría excitandose una vez más. Adoraba tanto la sensación del semen del alfa llenandolo por dentro.

Los últimos cuatro días había experimentado los más intensos y agradables de su vida, por mucho. Ni siquiera había podido ir hasta el baño sin la ayuda de JongHo porque sus piernas no habían dejado de temblar cada que intentaba levantarse por su cuenta.

Había sido todo un milagro que no hubiesen terminado enlazados.
Aunque en más de una ocasión habían estado tentados en hacerlo.

YeoSang había mordido su lengua con fuerza cuando el impulso de enterrar sus pequeños colmillitos de omega en la carne del alfa había llegado a él, y JongHo habría lasmitado sus propios labios cuando también había intentado con todas sus fuerzas no morder el hombro de su omega.

No habían hablado sobre algún enlace jamás, y ninguno de los dos pensaba posible el hecho de un enlace entre ambos.
Sería una completa locura.

Entre hojas, flores y un gran gorila »JongSang« [Omegaverse-Cambia formas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora