Capítulo 1

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-¿Cómo dijiste que te llamabas?

-Adair.

-Pues Adair después de ayudarte necesito una muy detallada explicación de todo esto, es lo mínimo que merezco.

Me transformo en loba otra vez para poderlo cargar en mi lomo.

Noto como queda sorprendido por mi tamaño o por mis ojos color rojo brillante.

Sale de su trance y niega la cabeza notando mis intenciones.

-Antes necesitamos despistarlos, necesito que me lleve lo más lejos que pueda de esta manada hasta llegar a alguna vertiente, canal o donde haya agua y pierdan mi rastro. Me podría llevar así dejamos mi olor y volvemos a esconderme.

Qué plan tan malo tenía.

Siento el olor de los lobos acercándose y noto cómo él se pone nervioso.

Lo intento levantar pero era casi imposible, después de varios intentos fallidos logra subirse a mi lobo, sin más comienzo a correr pero no pasan ni siquiera dos minutos cuando noto que me estaba empapando de sangre el lomo, sus heridas se deben de estar abriendo por mis movimientos bruscos.

Gruño frustrada y es que no podía bajar la velocidad, a este paso no llegaríamos, pienso en mi padre lamentando no haberlo dejado venir conmigo.

Escucho sus quejas que no íbamos a llegar, pero yo claramente no iba a seguir su plan, ellos estaban como a 40 minutos de acá aproximadamente, pienso en el río que estaba a unos 30 minutos al sur.

Era imposible y menos con él en ese estado si apenas podía caminar rápido sin hacerlo desangrarse.

Empujo la puerta del herbolaria dejándolo con cuidado en el piso, adentrándome por donde estaban todos los ungüentos en frascos con otras medicinas. Sin esperar comienzo a botarlos con mi hocico y cola procurando que no estén tan cerca de él para que no le haga más daño.

Olfateo notando como su olor apenas se siente.

Vuelvo a donde él estaba y me frustra no poderlo tratar, los lobos cada vez estaban más cerca.

Al parecer entiende mis intenciones negando con la cabeza, me pide la ropa que tenía en la boca. Dudando se la entrego viendo como se las pasa por las heridas, se muerde los labios, inhala profundo, sorprendiéndome cuando se entierra el dedo en una llaga profunda empapando por completo mi polera.

-Lleve consigo esto y dejará un rastro de sangre hasta llegar a donde sea.- noto como su piel se pone más pálida que antes asustándome-. vaya nomas, yo estaré bien, nos queda poco tiempo.

Lo miro una vez más y agarro la polera sintiendo el sabor metálico en mi boca.

Corro rápidamente al río alegrándome de ser alfa y ser mucho más rápida que unos lobos normales.

Al llegar al lugar me transformo en humana, sacándome la polera de la boca antes.

Busco por todos lados y por fin veo una roca bastante grande, la cual cojo envolviéndola con la polera dejándola caer al agua.

Menos mal que era de noche y no se veía la prenda, ya que el agua era bastante clara.

Escucho pisadas muy cerca notando que están a 6 minutos aproximadamente de acá.

¿Cómo corren tan rápido?

Me lavo las manos en el agua, están casi llegando por lo que me desespero al notar que tenía la espalda con sangre.

No alcanzo a limpiarla y siento que solo están a 3 minutos, me levanto rápidamente girándome, efectivamente veo como unos lobos corren velozmente hacia acá.

Bajan la velocidad y se transforman en humanos dejándome ver lo enormes que eran, tenían caras serias.

-Señorita Vallolet ¿qué hace por acá?-. dice el más corpulento de todos.

-Podría decir lo mismo-. cuadro mis hombros sin dejarme intimidar-. pero me imagino que estamos por el mismo motivo-. señalo el rastro de sangre del piso-. hace como una hora pasó un lobo por mi manada el cual emanaba un olor a sangre por lo que es obvio que salí a ver que era, pero perdí su rastro acá-. indico el río con la cabeza sin girarme.- ahora mi pregunta es ¿qué hacen ustedes acá? mejor dicho ¿por qué persiguen ustedes también a ese lobo o loba?.

Me mira pero no muestra ningún indicio de que no me crea, la verdad es que no muestra nada de lo que piensa.

-Lo siento alfa pero nosotros tampoco lo sabemos-. lo miro incrédula casi queriendo reír.

-Ósea me están diciendo que persiguieron un lobo a altas horas de la madrugada mal herido, según yo creo, a no ser que esa sangre sea de otro lobo-. los miro-. que, tal parece el caso no es de ustedes ¿y no saben por qué lo persiguen?.

Gruñe por mi comentario dando un paso hacia mi, aun así no me muevo ni siquiera un centímetro, podía dejar en evidencia mi espalda.

-Nuestro alfa nos informo que persiguiéramos ese lobo, solo seguimos ordenes.

-¿Ustedes lo hirieron?

-No alfa-. se mete en la conversación uno y el líder del grupo con el que he estado hablando todo este tiempo lo mira mal.

-Al parecer hirió a uno de los nuestros y lo estamos persiguiendo por eso-. se encoge de hombros el líder restando importancia.

-¿De qué manada son?

-De la luna sangrante.

Me quiero reír al escucharlo y es que es casi imposible que la manada de Leonardo, que se destaca por ser la más fuerte, despiadada y brutal sea atacada por un chiquillo debilucho.

Sin embargo solo asiento con la cabeza sin decir nada al respecto para no dilatar más la situación.

-Lamento escuchar eso, si quieren pueden seguirlo costa abajo.

-Muchas gracias alfa, eso haremos.

-Cualquier cosa saben que pueden contar con nosotros.

-Lo tendremos en consideración.

Comienzan a acercarse por lo que les doy el paso sin dejarlos de mirar.

Uno nota que mis movimientos son un poco forzados, deteniéndose.

-¿Le pasa algo alfa?

-No, solo es el frío.- todos bajan sus miradas hacia mis pechos.

Carraspeo.

Se van y espero que estén lo suficientemente lejos para devolverme.

Al llegar a la manada noto como comienza amanecer y me apresuro a ir al herbolario viendo a Adair en donde lo deje pero inconsciente.

Permíteme enamorarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora