Capítulo 6

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Había mejorado a como estaba antes, definitivamente, ya no tenía temperatura ni ardía, sin embargo, su piel seguía siendo tan pálida tornando a casi un amarillo pálido, había estado vomitando preocupando a la morena, quien a pesar de ser tranquilizada por la misma enferma, simplemente no podía tranquilizarse.

—¿Segura que está bien?—Volvió a preguntar la morena viendo a la doctora.

—Es normal, su cuerpo esta sacando todo lo que le ha estado haciendo mal mediante el vomito—Explicó poniendo su mano en el hombro de la muchacha, y no la quito a pesar del gruñido celoso de la futura Alfa, quien yacía en la camilla débil y dormida—Le recetare suplementos para que reponga sus fuerzas, debera tomar muchos liquidos—Palmeó el hombro de la mujer antes de separarse unos centímetros.

La mujer asintió siguiendo viendo a aquella pelinegra, la cual tenía los ojos cerrados con cierto dolor, de uno de sus ojos resbaló una lagrima, la cual fue limpiada por Camila con suma delicadeza. La morena se permitió adorar la imagen de la pelinegra, la cual sujetaba fuertemente la mano de la morena, temiendo que en algún momento se fuera de ahí.

—Ally... ¿Tú sabías a donde se había ido?—Cuestionó acariciando con el pulgar el dorso de la mano de la mujer que la tenía sujeta.

—No, no sabía—Suspiró sentandose em la silla a un lado de la morena—Pero estuve ahí el día en el que la señorita Lauren y el Alfa pelearon, el Alfa tuvo otra recaída de fuerzas, y solicitó la presencia de la muchacha—Volteó a ver a la pelinegra, quien dormía calmadamente—Él esta cada vez más débil, el no estar con su mate lo debilita demasiado—Relató jugando con los botones de su bata sin dejar de ver a la chica—Prácticamente le ordenó a señorita Lauren que te rechazara, y se casara con alguien fuerte... Pero me imagino que ya sabes todo, ¿no?—Miro a la castaña—Después de todo no estarías aquí—Murmuró volteandose sabiendo que había metido el dedo en la herida.

—Yo-yo no...

—Mila, comprendo, no fue sencillo—Tomo su mano libre tratando de transmitirle confianza—Creeme, las ví crecer a ambas, eran muy cercanas y que de un momento a otro se haya ido sin decirte y sin que pudieras comunicarte con ella fue complicado—Miro como lágrimas se formaban en los ojos de la castaña—No tenías ni idea a donde fue y pasaron años, 12 años son demasiados—Hizo una mueca—Y que regrese casi reclamandote supongo que fue un shock para ti.

—Me asuste—Susurró la morena recordando ese día hace varias semanas—Y todas... Esas emociones me golpearon fuerte y use... Lo malo hacia ella—Admitió bajando la cabeza.

—La hiciste sufrir como a ti te hizo sufrir su partida, el rechazo que le tenías fue tu mecanismo de defensa para que no permitiera ver la parte dolida de ti—Dijo después de haber pensando en todo lo que decía y veía de la morena.

Toda la manada sabía que la ojiverde había encontrado a su mate, y que su mate se la pasaba rechazandola a cada rato, muchos se encontraban sorprendidos, indignados, molestos pero nadie opinó nada, o no después de que Lauren había amenzado en lastimar a alguien si los volvía a escuchar hablando de su mate.

—Creo que si—Suspiró la morena sintiéndose rara por abrirse a alguien y confesar, o que más bien la leyeran y la ayudaran a confesarse.

—Quiero que pienses, Mila, consejo como amiga cercana, no es agradable que estes con alguien por lástima—La confusión de la mirada de la morena le pidió seguir—Sabes una parte de lo que vivió Lauren, e incluso acabas de ver uno de sus traumas cuando la sumergí en el agua helada.

—Sí, sí lo ví pero no le tengo lástima—Discutió inmediatamente saltándose del agarre de Allyson.

—¿Por qué estas aquí, entonces?, si no hubieras sabido la historia, no estarías aqui—La miro seriamente.

Mía para siempre. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora