1. Bienvenidos a Hell Hill

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Agosto - Hell Hill

Halye

Levante la cabeza de mi libro cuando mama dijo que estábamos cerca, lo primero que vi fue el letrero gigante "Bienvenidos a Hell Hill".

Papa había conseguido un nuevo trabajo, un estudio de abogados lo solicito, y tuvimos que mudarnos.

El pueblo de Hell Hill no me inspiraba mucha confianza, porque un pueblo con la palabra "Infierno" en el, no podía ser confiable. Así y todo, cuando estacionamos frente a la que seria nuestra nueva casa, no parecía estar tan mal.

Papa y Asher, mi hermano mayor, se ocuparon de bajar las maletas del baul, mientras que mama, Lexa, mi hermana menor, y yo nos adentramos en la casa.
Era bonita, las paredes de la sala tenían un color beige que la hacían agradable, la cocina era de paredes blancas con muebles y electrodomésticos negros, y un jardín trasero, de bastantes dimensiones.

Asher y papa entraron junto con el equipaje.

-No esta mal- solto Lexa que venia bastante entretenida con sus auriculares y poco interés tenia en la situación.

Lexa Stone - o Lexi si se encuentra de buen humor-,  contextura pequeña, con un cabello rubio con mechones rosas que le llegaba hasta la cintura, aunque solía teñirlo bastante seguido, dice que son por "crisis", y la verdad es que no entiendo como aun no se le ha caído el pelo.

-Hogar dulce hogar- dijo Asher con su clásico tono sarcástico, de toda la familia, el era el que menos quería mudarse.

Asher Stone, mucho mas alto que Lexa y yo, con una ancha espalda y torso, en nuestro antiguo hogar, solía entrenar en el centro de boxeo, esa es su aspiración, aunque mis padres dicen que es algo pasajero, como todo lo que Asher hace en su vida.

Yo a diferencia de mis hermanos, estoy en el medio, mi espalda no es tan ancha como la de Asher, y mi cintura no tan pequeña como la de Lexa, no soy fan del boxeo, ni tengo millones de crisis que desembocan en un atentado de tintura a mi cabello, de hecho, mi cabello es castaño y lo tengo igual desde que naci.
Tampoco se me dificulta eso de socializar, pero siempre prefiero quedarme en casa leyendo o mirando una película, porque si algo soy es una cinéfila apasionada. Disfruto las comedias sangrientas como el cine de Tarantino, o la Ciencia Ficción como Volver al Futuro o Harry Potter, por lo que mudaros a Hell Hill no me enfada ni me atormentaba como a mis hermanos.

-Verán que encajaremos bien en este pueblo- Dice mama con su tono mas dulce.

-Además era una oportunidad que no podíamos dejar pasar, pero porque no van a ver sus habitaciones- exclamo papa y como si de una maratón se tratase, los tres corrimos por las escaleras.

La planta alta tenia 5 habitaciones; Un baño, Una con una cama matrimonial y un pequeño pero lindo balcón, la de mis padres.

Asher escogió la habitación mas grande, como era de esperarse, tenia una ventana que daba a nuestro patio.

Lexa, escogió la habitación con el armario mas grande de todas, también lo esperaba, esta tenia ventana a la calle.

Y a mi me quedo la habitación que no era ni tan grande ni tenia un gran armario, pero tenia un sillón debajo de la ventana y me pareció que era la mejor.

Tenia una ventana que daba a la casa de enfrente, y por primera vez desde que llegue, me detuve a observarla.

Era una casa grande, demasiado grande, con muchas ventanas, aunque todas las de la planta alta estaban cerradas, color gris y blanco, y con un garaje al costado.

Mientras observaba la preciosa casa de enfrente, visualice a alguien en la planta de arriba, parecía como que estaba escondido, espiando, intente mirar mejor pero toda mi atención se perdió cuando el timbre sonó.

-¡Hijos bajen por favor!- grito mama desde la sala.

Asher, Lexa y yo bajamos, uno atrás del otro, y con bastante intriga. Cuando llegamos al pie de la escalera, vimos a una mujer, aparentaba la edad de mama, con un cabello pelirrojo que le terminaba por los hombros, unos jeans, una blusa blanca y unos borcegos.

-Ella es Agnes Jones, nuestra vecina de al lado- dice mama con una sonrisa

-Un gusto niños, bienvenidos a Hell Hill, espero que su estadía sea cómoda- dijo Agnes, parecía agradable.

-Esperamos que así sea- soltó papa mirándonos, en el fondo se sentía apenado y culpable por arrancarnos nuestras antiguas vidas.

-Agnes dice que tiene un hijo de tu edad Asher y que es boxeador, ¡No es genial!, y una hija de tu edad Lexi- chillo mama, sin dudas estaba mas emocionada que nosotros.

-Les diré que pasen a saludarlos- dijo Agnes, y miro para atrás, hacia la casa, la misma casa que había atrapado mi atención hace un rato, y se inclinó hacia adelante.

Como si no quisiera que nadie escuchara.

-Antes de irme, un consejo, anden con cuidado, mas que nada de la familia Blake, los de enfrente, ellos suelen ponerle el ojo a los nuevos vecinos- dijo con un tono alarmante para luego sacudir su mano e irse.

Y lo mas lamentable de ese día, fue que despertó en mi, un tipo curiosidad y obsesión que no había sentido nunca, y esas sensaciones y sentimientos tenían dueños;

La misteriosa familia Blake.

Rojo puro infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora