11.

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- Luego voy a salir.
- ¿A dónde?- preguntó mi padre mirando por encima del libro que estaba leyendo.
- A cenar fuera.
- ¿Fuera? Pensé que ibas a cenar acá con nosotros.
- Ya, pero me han invitado a cenar fuera, papá.
- ¿Quién?
- Eh... Matías.
- ¿Matías?- asentí y frunció el ceño.- ¿Están juntos?
- ¿Qué? No, no, sólo somos amigos.
- Ah, bueno...¿De quién era hijo Matías?
- ¿Importa eso?
- No, pero por saber...- negué con la cabeza sonriendo y suspiró.- Está bien, se lo diré a tu madre.
Asentí y me levanté del sofá, yendo hacia mi habitación para ver qué ponerme. Finalmente, fui al baño y me duché, terminando de arreglarme allá dentro para después salir y volver a mí habitación, cerrando la puerta antes de llamarlo.
- Mauro.
- Me llamo.
- ¿Qué estás haciendo?
- Uh, te interesas por mí.
- Pelotudo.
- Era una joda, una joda.- dijo riendo.- Estoy con los pibes, ¿Por qué?
- Porque en media hora voy a por vos.
- ¿A por mí?
- Sí, ¿Te acordás que te dije que si podíamos vernos hoy?
- Ah, sí, sí.
- Pues eso, que voy a por vos ahora.
- ¿Con una limusina?
- Sí, de oro, pelotudo.
- Bueno, bueno, que poco cariño me tenés.
- Poquísimo, por no decir nada.
- Que mal mentís.
- Sí, sí.- sonreí y me acerqué a la puerta, agarrando el pomo.- Nos vemos ahora, chao.
- Chao.
Terminé la llamada y guardé el teléfono en mi bolso, bajando las escaleras y yendo hacia la entrada.
- Hija.- me giré al escuchar la voz de mi madre, que me miraba sorprendida.- Me dijo tu padre que te ibas ahora con Matías a cenar.
- Sí, no volveré tarde.
- No, no, no es eso...
- ¿Pasa algo?- sonreí mirándola.
- Nada, nada...bueno, ¿Vos y Matías son novios o algo?
- No, somos amigos.
- Ah, bueno, como estás tan linda pensaba que era por él.
- ¿Antes no lo estaba?
- Siempre me decís lo mismo, de verdad.- reí y ella negó con la cabeza.- Cuídate, ¿Sí?
- Sí, tranquila.
- Chao.
- Chao.
Terminé por fin de abrir la puerta y salir de la casa, acercándome al chófer que se podía tomar el día libre porque al menos yo, no iba a ir en auto. Dudó en dejarme ir, pero finalmente se quedó apoyado en el auto mientras fumaba.
Él era bastante amigo de mi padre, es decir, solía decirle todo lo que Joaquín escondía, sobre todo respecto a mí. Seguramente por eso mi padre ha empezado a preguntarme por novios después de la llamada que escuchó él cuando hablaba con Mauro aquella vez en el auto.
Por eso, prefería confiar más en Joaquín o los demás que en él para este tipo de cosas, buscándome otro medio para ir a un lugar que mi padre  no tendría que saber.
Acabé por llamar a un Uber, esperándolo por unos minutos antes de que llegase. Entonces, le dije la dirección que me había mandado Mauro y fuimos hacia allá. Le pagué y dejé que se marcharse antes de darme la vuelta e ir a llamar a la puerta.
- Hola.- el chico que me abrió la puerta frunció el ceño al verme antes de sonreírme.
- Me parece que te equivocaste de lugar eh.- sonrió más mientras me miraba de arriba abajo, haciendo que pusiese los ojos blancos.
- Vengo a por Mauro.
- ¿Mauro?
- Sí, Mauro, está acá, ¿No?
- Vos sos Mara, ¿No?- asentí.- Entonces vení, está por acá.
Se dio la vuelta y yo le seguí hasta llegar al salón, donde estaban todos. Al entrar detrás de aquel chico, que fue a sentarse nada más entró, todas las miradas fueron a mí, pero yo sólo lo busqué a él entre los que estaban.
- Opa.
- Mara.- lo encontré sonriéndome mientras se echaba hacia atrás, mirándome.
- Hola, chicos.
- ¿Y esta lindura?- preguntó uno de ellos.
- Es Mara, la chica de Mauro.
- Callate, boludo.
Arqueé una ceja mirando a Mauro cuando el chico de la entrada respondió a otro de sus amigos. Mauro chasqueó la lengua y se levantó, acercándose a mí para agarrar mi mano y llevarme de vuelta a la entrada.
- ¿Y esto?- preguntó ya alejados de los demás.
- ¿Esto el qué?
- Bueno, esto, no sé.- me miró de arriba abajo y yo suspiré.
- Tampoco es para tanto, ¿No?
- Estás muy linda, ¿Cómo no va a ser para tanto?
- Exagerado.
- Y además entrás como si nada, dale.
- Bueno, soy tu chica así que.- sonreí con diversión.
- Es un pelotudo.
- Sí, sí.
Reí levemente y él chasqueó la lengua de nuevo, volviendo al salón para avisar de que nos íbamos antes de tomar mi mano una vez más y salir definitivamente de esa casa.
- ¿No viniste en auto?
- En Uber, pero se fue.
- Pedimos otro
- Mejor andando.- asintió y eso comenzamos a hacer.
- Y a dónde vamos
- Bueno, vos me llevaste ayer de fiesta ahora te llevo yo a otro lugar.
- Ya, Pero a dónde
- A cenar.
- Exactamente...
- Dale, sos como un nene, es una sorpresa, fin.
- Bueno, bueno, no me mates.
- No lo hago porque me quedo sola.
- Ya te buscarás a otro.
Fruncí el ceño mirándolo y él sonrió, soltando mi mano para pasar su brazo alrededor de mis hombros y acercarme más a él.
Seguimos andando así hasta que llegamos por fin a dónde quería. Nos quedamos quietos en la entrada por unos segundos hasta que yo le tuve que agarrar de la mano a él para llevarlo hacia dentro.
Saludé a los meseros y di mi nombre para que me llevasen a la mesa que había reservado en aquel restaurante que me conocía desde hace mucho. Reconocí a alguno de los trabajadores, saludándoles y recordándoles quién era a los que no me reconocían.
- ¿Y esto?- preguntó Mauro por fin, ya sentados cada uno a un lado de la mesa cuadrada.
- Un restaurante italiano.
- Ya, pero, ¿Por qué te conocen? ¿Es de tu padre?
- No, no, veníamos acá cuando yo era más pequeña.
- Y ahora me traes a mí.
- Bueno, hace como un año y unos meses que no volvemos así que...quería hacerlo alguna vez y sé que no podía ser con otra persona que no fuese vos.
Sonrió y yo preferí pasar directamente a ver qué había para comer, aunque aún recordaba algo de lo que se cocinaba acá. Después de lo de mi hermana, mis padres no quisieron volver acá, supongo que les recordaba a los buenos momentos.
Pero, yo siempre le tuve cariño a este restaurante, así que quería volver alguna vez y se me ocurrió que podría hacerlo a su lado.
Pedimos y comenzamos a hablar, contándome que había estado haciendo hasta que fui a la casa y yo también, aunque lo que más tenía que contar era lo que había estado estudiando o la curiosidad que tenía ahora mi padre por si tenía o no pareja. De repente, lo vi acercarse con una sonrisa hacia nosotros.
- Mara.- pude notar su acento italiano tan sólo en mi nombre
- Hola, Darío.- sonreí mientras que él no quitaba sus ojos de mí.
- Cuanto tiempo, pensé que ya nunca vería a ninguno de los Rodríguez por acá.
- Bueno, siempre está bien volver a los lugares donde mejor estuviste.
- Sí, una pena que tus padres no estén por acá.- suspiró y miró a Mauro.- ¿Y este chico?
- Mauro.
- Oh, encantado, soy Darío, trabajo acá.
- Encantado.- los dos se dieron la mano y Darío me sonrió.
- Chicos así ni en la mia Italia eh.
- Sigues siendo igual de exagerado eh.
- Sí, sí, supongo que vienen juntos.- asentí y sonrió aún más.- Bueno, parece ser mejor que aquel chico, ¿Cómo se llamaba?
- ¿Fabio?
- Ese, sí...porque son novios, ¿No?
- Eh...
- Soy su chica, sí.- Mauro me miró sonriendo y yo desvié mi mirada a Darío, que comenzó a reír.
- Bueno, bueno, entonces los dejó.
- Nos veremos luego u otro día.
- Espero, espero.- sonrió una vez más y se dio la vuelta, aunque un segundo después se volvió a girar.- Por cierto, lo siento mucho.
- ¿Por qué?
- Por lo que pasó, me enteré unos meses después, fue una tragedia.
- Oh... sí...lo fue.
- Espero que tus padres estén bien, ha pasado mucho ya, aunque esas cosas...nunca se olvidan.
- Nunca.
Me dedicó una última sonrisa con la mayor dulzura que podía demostrarme el hombre que me vio crecer cada vez que visitábamos este lugar y finalmente se marchó, dejando a Mauro confundido y a mí con todos los recuerdos volviendo a mi mente.
- ¿Todo piola?- preguntó.
- Sí, sí...todo bien.
Asintió y aunque esperaba que me preguntaste sobre lo que habló Darío, cambió de tema, aunque podía notar aún la preocupación y la confusión en su cara.
Seguimos hablando hasta terminar la cena y acabar por llamar a un Uber para ir hacia mi casa.
- Gracias por lo de hoy.
- ¿Yo? Pero si me llevaste vos.
- Bueno, quería volver con el mejor.- sonrió y yo hice lo mismo.
- Te hablo luego, ¿Vale?
Asentí y él volvió a sonreírme antes de que abriese la puerta y finalmente volviese a casa.

¿Dónde Estás? (Duki)Where stories live. Discover now