August: Heredero © |Libro 1|

XIII. Elizabeth

El camino trazado entre la vida y la muerte puede no ser tan notorio. Morir quizás sea muy sencillo, o tal vez muy difícil, y enfrentar una situación como ésta te podría cambiar por completo, expandiendo tu visión sobre el mundo y dándote una nueva perspectiva de tu alrededor.

Todo depende del siguiente movimiento que llegues a dar y el cómo te desenvuelvas al darlo, cada decisión podría llevarte a ese fatídico final, por lo tanto, cada momento podría llegar a importar si de eso depende el seguir manteniéndote con vida.

August vio como el damnurian le arrojó su antiguo auto, era como si este monstruo buscara destruir su protección a toda costa. El castaño de ojos verdes concentró toda la energía de la barrera frente a él en un rápido movimiento, dispuesto a soportar el impacto.

El brujo estaba plenamente consciente de que estaba permitiendo que los seres oscuros tuvieran la oportunidad de adentrarse a las ruinas de Sotiría, había quitado la barrera que se los impedía y necesitaba actuar de forma rápida para no dejar que consiguieran su propósito.

El miedo y angustia se había comenzado a esparcir dentro de él, actuando como un paralizante, de sólo imaginar que buscarían a Chris y volverían a atravesarlo otra vez con aquellas dañinas garras o algo mucho peor, lo llenó de miedo.

El golpe del coche en la barrera fue frenado, aún cuando dejó fisuras en la defensa, no pudo atravesarla gracias a la rápida acción del menor. El castaño divisó como los damnurians se lanzaron contra él, en busca de su cabeza, así que, actuando casi por impulso, liberó una poderosa onda de energía, la cual se extendió por todo el lugar donde estaban aquellos seres. Éstos fueron empujados por la onda expansiva permitiéndole a Gust tener un poco más de soltura para pensar mejor en lo que podría o no hacer.

Notó como chocaron contra los árboles, destrozándolos, y eso le dio una idea.

—Radix —El conjuro pronunciado por August provocó que las grandes raíces de los árboles cobraran vida, sujetando todas las extremidades de los damnurians impidiéndoles ir por él. Estaba consciente de que eso no sería un comodín de larga duración, por lo tanto, debía actuar con velocidad para evitar posibles tragedias.

Giah se lanzó contra el único damnurian que no fue atrapado por el hechizo del brujo, sus colmillos se propusieron a incrustarse en el monstruo, sin embargo, antes de que pudiera alcanzarlo fue golpeada y lanzada hacia atrás por sus grandes extremidades.

Gust vio como su familiar era arrojada y se asustó tremendamente; se había negado a aceptarlo, pero, estaba muy claro que el hechizo que utilizó con el damnurian en la noche que encontró a Christopher no había funcionado. Entonces, si esos hechizos no servían con él, debía utilizar la magia en sí mismo para mejorar su resistencia física, porque en definitiva no aguantaría mucho si iba a enfrentar a esas cinco criaturas.

—Vigueurs —Lanzó el hechizo sobre sí para poder enfrentarlos. Aquel encantamiento era un conjuro que potenciaba su velocidad, fuerza, agilidad y destreza por cierto tiempo; con eso podría luchar contra aquel damnurian, o eso quería pensar.

Se movió con velocidad, deteniendo las garras del monstruo que estaba dispuesto a quitarle la vida a su familiar. Daggiah se movió con rapidez y mordió al damnurian, parecía que estuviese absorbiendo un poco de su magia negra.

August le dio un golpe en el pecho con la palma de su mano la cual estaba abierta, utilizando sus habilidades mágicas para lanzarlo lejos con una onda de energía psíquica. Comenzó a correr nuevamente hasta la pared de las ruinas donde se había quedado estático y miró a Giah, la cual había ido tras él como siempre.

—¿Qué hacemos? —Le preguntó como si ésta le fuese a decir algo, no obstante, contra todo pronóstico, sí obtuvo una respuesta más que satisfactoria para él. Su familiar abrió su boca y unas gotas de veneno caían de sus colmillos, pero no cualquier veneno; poseía esencia de damnurian— Daggiah, eres sorprendente.