XXVII. Cicatriz

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Enfrentar al verdugo de sus pesadillas es el mayor reto para un niño, ver a la cara a aquel ser y estar dispuesto a luchar era algo que no cualquiera tenía la fortaleza de lograr. Esos demonios tras el ropero que te cohíben y te impiden continuar no son más que la representación de los miedos que te asechan.

—¿Por qué estaría escondiendo sus pensamientos de August? —Preguntó confundido el anciano. Él había tratado escasas veces con Arturth, pero no le dio mala espina.

—No tengo la más mínima idea, está siempre con Gael, ¿de dónde se conocerían? Él nunca ha salido más allá de los confines de Heulen y supuestamente Arturth tampoco ¿Tuvieron química con sólo conocerse o hay algo detrás? —Dijo con audacia Christopher. En definitiva, estaba desconfiando de esos dos.

—Pero, hijo-

—Abuelo, me dijiste que Gael pedía permisos para salir de la barrera, ¿para qué? ¿Por qué un lobo que no es luchador o cazador querría salir de la barrera? Es extraño, él es raro —Atacó el híbrido con palabras como flechas, había un rompecabezas con piezas faltantes, y él tendría que descubrirlas.

—Realmente nunca pude cuestionar aquello, era el hijo del alfa de aquellos tiempos, Kalon lo autorizaba —Respondió contrariado. Entonces comenzó a notar las señales.

—Están ocultando algo —Finalizó Christopher. Dejó con cuidado la cabeza de August sobre una almohada y se puso de pie.

—¿A dónde irás? —Preguntó Jason al ver cómo su nieto caminaba hacia la puerta, el lobo de cabello negro se dio la vuelta y miró a su abuelo.

—A enfrentar a la escoria de Gael —Reconoció abriendo la puerta.

—¡No puedes enfrentarlo por suposiciones no comprobadas! —Suplicó su abuelo creyendo que ese era el motivo del enojo de Chris.

—No iré por eso, lo enfrentaré por las cosas que le hizo a August hoy —Respondió caminando.

—Creí que te molestarías con August...

—¿Con August por qué? Hizo lo correcto, su intención era ayudar, fue a la aldea por ti, por mí, porque está dando todo de sí por nosotros. Él no tiene la culpa de los pensamientos de esas personas, ni mucho menos de la agresión a la que fue expuesto. El único culpable es Gael. August sólo fue una víctima —Dijo lo que pensaba, y sabía que estaba en lo correcto.

—Tienes razón —Estuvo de acuerdo el hombre. Siempre esperó el día en que su nieto enfrentara a Gael y sus prejuicios, pero nunca esperó a que el detonante de eso fuese un castaño brujo—. Si es así, entonces haz que se arrepienta de lo que hizo.

Asintió y se alejó con velocidad del sitio.

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—Papá, ¿qué sucedió? —Preguntó asustado Erik cuando vio entrar a la casa a su padre con Lorent en brazos. Seguía inconsciente por la golpiza que había recibido.

—Fue atacado, tuve suerte que-

—¿Cómo? ¿Qué está pasando? —La voz del menor de los Keller estaba afligida. Pese a todo, era su hermano y nunca lo había visto así. El padre de ambos entró a la habitación de Lorent y lo acostó en su cama. Miró el rostro de su hijo mayor, estaba completamente intacto gracias a sus habilidades curativas y a los poderes de August.

Viendo al lobo en ese estado, recordaba lo mucho que se había esforzado en acercarse a él, sin embargo, recordaba las duras palabras que le dedicó.

"No quiero las sobras de alguien más, no quiero un amor condicionado a la lástima y pena que sientes por haber perdido todo. No quiero un amor dado a causa de que pretendas que no me sienta desplazado y rechazado, porque no es amor"

August: Heredero © |Libro 1|Where stories live. Discover now