Capítulo 32

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Al día siguiente, Kagami se fue a su hogar después de desayunar con los Dupain-Cheng, durante todo el camino estuvo nerviosa, sabía que debía hablar con su madre llegando a su casa, pero no sabía cómo ella iba a reaccionar.

— Tienes que calmarte, niña — dijo Plagg sobre su hombro — dudo mucho que tu madre te haga algo solo porque eres una heroína de París.

— Eso espero, digo ella es muy sobre protectora conmigo y espero que entienda que esto de ser Kuro Neko es tan serio para mí cómo él esgrima — Kagami apretó los bordes de su falda y luego los soltó mirando sus anillos, el que tenía el escudo de su familia y el anillo de la destrucción estaban en ambas manos.

— Ella te apoyará, lo presiento — Longg se sentó sobre la cabeza de Kagami para calmarla mientras que Plagg abrazaba una de sus mejillas.

— Gracias, chicos — ella inhaló y exhalo varias veces y sacó su teléfono cuando lo sintió vibrar y vio un mensaje de su padre avisándole que él y Hikari iban a salir, por lo tanto solo estarían ella y su madre en casa, ella tragó en seco al leer eso último y empezó a rezarle a todas las deidades habidas y por haber para que la protegieran... Quizás exageraba un poco, pero con su madre nunca se sabía que podía llegar a pasar.

Cuando llego a casa contuvo la respiración antes de entrar con el mayor silencio posible, se quitó los zapatos rápidamente y camino en puntillas hacia la escalera.

— Kagami — la primera reacción de la ojimiel fue gritar y saltar subiéndose sobre un mueble de madera alto cuando escuchó a su madre.

— Amada y queridísima madre, es muy bueno verte — Kagami se bajó con cuidado para no hacer caer el mueble, que tenía puertas de vidrio y algunos trofeos dentro, de los cuales uno que otro también era de cristal.

— Aja, estoy muy segura de que debemos hablar, amada hija mía — Tomoe palmeó el sillón indicándole a Kagami que se sentara, su hija no tardo en obedecer — tienes mucho que contarme, ¿No es así? — Kagami hizo un sonido de confirmación — empecemos con el hecho de que eres uno de los superhéroes de París.

— Lamento habértelo ocultado, mamá, pero esto no es algo que puedas decirle a cualquier persona y mucho menos a tu familia sí quieres protegerlos, empecé a ser Kuro Neko luego de que Chat Noir fue despojado de su miraculous.

— ¿Qué fue lo que paso con ese muchacho, hija?

— Según nos dijo su kwami, que es la pequeña criatura que nos permite transformarnos, Chat Noir dejo de comportarse cómo un héroe tanto en su forma civil cómo transformado y por eso su kwami renuncio a él cómo su portador y le quito el miraculous, luego de un tiempo Ladybug me lo asigno a mi

— Marinette, ¿Me equivoco? — El silencio de su hija le dio toda la respuesta que necesitaba — el que sea ciega no significa que sea tonta, hija, ya deberías saber eso — Kagami dejo caer la cabeza en el regazo de su madre — quiero que sepas que no estoy molesta contigo, estoy orgullosa de lo que haces al salvar a las personas todos los días aún sí arriesgas tu vida — Tomoe coloco sus manos en el cabello de su hija acariciándolo con cuidado hasta que toco sus orejas, sintió a Kagami ponerse tensa y les dio un leve tirón ganándose un quejido por parte de su hija — espero que al menos hayas desinfectado las agujas cuando te hiciste esto en las orejas.

— Sí lo hice y ¿Desde hace cuanto sabes que tengo piercings? — Pregunto sintiendo cómo su madre apartaba el cabello de su oreja y pasaba su mano por esta sintiendo las perforaciones.

— Desde antes de quedarme ciega, hija, note que tus orejas estaban algo rojas y que te dolía cuando las tocaba, estoy segura de que tu abuela también lo noto, el único que no lo hizo es tu abuelo... ¿Cuántos tienes?

Miraculous Ladybug: Un Nuevo InicioWhere stories live. Discover now