Capítulo 12

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La dejo a un lado en su cama y pese a que apenas eran las nueve en punto decidió acostarse a dormir, de verdad se había trasnochado mucho los últimos días, los kwamis se acomodaron a un lado en la cama de Marinette juntos y se durmieron, Sabine llamo a su hija para que fuera a cenar pero al verla dormida solo sonrió y apago las luces.

Cuando Marinette despertó se dio cuenta de que los kwamis habían sacado el tocadiscos de la caja y lo habían acomodado al lado de la cama de Marinette, sonrió al verlos dormir a su lado, eran las ocho de la mañana, de verdad que había estado cansado esos últimos días para poder hablar con su novia, suspiro al saber que aun faltaban algunas semanas para que ella volviera, pero al menos aun podía hablar con Kagami y los chicos, aunque Carol había estado todos esos días usando un sombrero o gorras y cada vez que le preguntaba el porqué Carol evitaba el tema.

Se levanto con cuidado de no despertar a los kwamis y fue a cepillarse los dientes para bajar al departamento a preparar su desayuno pero primero preparo un plato con comida para los kwamis y lo puso sobre su cama para después volver a bajar.

Estuvo diseñando en la sala de su casa y luego fue hacia la panadería para ayudar a sus padres, se turnaba entre ayudar en la caja, ayudar a preparar los postres y a llenar las vitrinas, ese mismo día se celebraba la noche buena y la tienda estaba abarrotada de clientes, iba de un lado al otro y le parecía un milagro que no se hubiera tropezado o tirado nada, cosa que su madre agradecía, cuando llego la hora del cierre Marinette puso el cartel y luego el seguro, suspiro mientras se apoyaba en la puerta cuando escucho como la golpeaban.

– Lo siento ya cerramos – dijo sin voltearse

– Oh, que lastima – Marinette se volteo con prisa y sus ojos brillaron mientras abría la puerta para abrazar a quien estaba del otro lado.

– ¡Tía Nathalie! – La mujer sonrió devolviéndole el abrazo a su sobrina, Marinette la hizo pasar volviendo a cerrar la puerta – que bueno volver a verte

– Digo lo mismo pequeña mari

– ¿Escuche Nathalie? – La mujer sonrió al ver a su amiga, Sabine fue hasta ella y la abrazo, Tom se asomo al escuchar el alboroto y sonrió mientras se cruzaba de brazos.

– Oh oh, las tres hermanas están juntas – las azabaches se rieron al escucharlo, principalmente Nathalie y Sabine, en sus años de universidad muchas veces las confundían como hermanas, con el tiempo decidieron ignorarlos y cuando Marinette cumplió cinco años conoció a su tía – ¿Tus días libres Nathalie?

– Así es Tom, espero que no les importe que pase estás fechas con ustedes

– Para nada Nathalie – dijo Sabine – para nosotros eres parte de la familia

– Ella puede quedarse en mi habitación mi cama es grande, solo tengo que acomodar un poco, mejor voy a hacerlo ahora mismo – dijo al recordar que los kwamis estaban ahí, tomo la maleta de Nathalie y subió al departamento para luego entrar en su habitación y cerrar rápidamente la trampilla – chicos mi tía va a pasar estas fechas con nosotros, así que cuando la vean actúen como siempre, simulen ser muñecos y tengan mucho cuidado – los kwamis le asintieron y la ayudaron a acomodar la habitación, Marinette tenía un pequeño armario donde ubico estratégicamente la caja de miraculous para que no se viera.

– Me alegra poder pasar navidad contigo Marinette – dijo Nathalie mientras entraba en la habitación de su sobrina, Marinette le dio una enorme sonrisa y la mayor se la devolvió, amaba a su sobrina desde que la había conocido cuando era solo una pequeña de cinco años, desde entonces todos los años en su cumpleaños, navidad e incluso en el día de las madres Marinette le enviaba obsequios que alegraban a la ojiazul.

Miraculous Ladybug: Un Nuevo InicioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora