Prólogo

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Era una tarde soleada, con el cielo en colores anaranjados y amarillos. Bajo la luz del sol pasaba un peli-celeste con lentes de sol, caminando por una banqueta hacia el interior de una plaza local cercana a su casa

Sostenía algo en sus manos, un sobre color blanco decorado con colores morados y azules de una forma muy linda y atrayente, se notaba que había puesto su esfuerzo en eso. Se veía con nervios, pues las manos le temblaban a medida que avanzaba por aquel parque

En la carta venía escrito con pluma "Para Mondongo", indicando que ése era el destinatario de aquel papel aparentemente tan importante. Se empezaba a oír el sonido de un balón rebotando repetidas veces en el suelo, y los pasos de una persona corriendo por todos lados, sabía que se acercaba a su destino

Ahí lo vio, a un chico de cabello celeste igual que el suyo, con detalles morados que resaltaban. Tenía unos característicos cuernos blancos, y una cola de un animal realmente no existente con las mismas características de su cabello. Se movía ágilmente rebotando y lanzando aquel balón de color anaranjado de un lado a otro, portando aquella ropa deportiva y ligera

Su piel se veía lustrosa por el sudor que se deslizaba por su cuerpo, demostrando que ya llevaba rato ahí. Incluso unas cuantas gotas salpicaban a su alrededor por los movimientos bruscos que a veces realizaba

Ésa imagen dejaba algo hipnotizado al de lentes de sol, Timba, quien se detuvo a contemplar perdido en sus pensamientos. Al recordar porqué había venido, se arrepintió inmediatamente de lo que iba a hacer. Al momento de la verdad se había acobardado, y sólo retrocedió un poco, sosteniendo ése color rojo en sus mejillas

"¿¡En qué estaba pensando!?" se dijo internamente. Luego se dio la vuelta y se acomodó los lentes negros en su frente, mientras el pánico le invadía. "Será mejor que vuelva a casa, no tiene caso" pensó, y avanzó por donde vino. Miró una última vez atrás, viendo que Mondongo estaba tomando agua de forma un poco desesperada de un termo, indicando que ya se iba

Regresó la mirada al camino de vuelta, y empezó a avanzar, aún sosteniendo ésa carta entre sus manos

[...]

Al llegar a su casa, fue a su habitación completamente decaído por haber sentido temor y cobardía al momento de querer hacer lo que quería por meses ya. Se quitó los lentes y los puso en una mesa de por ahí

Una vibración por parte de su celular llamó su atención. Sin muchas ganas, checó de quién o qué se trataba. Era un amigo suyo que lo llamaba, así que respondió y se pegó el dispositivo al oído

¿?: ¡Hola Timba!, necesito los apuntes de matemáticas por favor -pidió con algo de pena-

Timba: Oh, claro, deja voy por mi mochila -respondió sin muchas ganas-

¿?: Mmm, algo no anda bien

Timba: ¿De qué hablas? -tomó su mochila-

¿?: Te oyes triste, es obvio que algo pasó

Timba: Mmm, quizás... -respondió insinuando que efectivamente su amigo había acertado-

¿?: Habla, ¿qué pasó?

Timba: Escribí una carta para Mondongo, y no fui capaz de entregársela -admitió mientras ponía su mochila en la cama y buscaba por ahí el libro indicado-

¿?: ¡Oh, vamos! -se escuchó molesto- ¡pensé que sería el día de hoy finalmente!

Timba: ¡Lo sé Trolli, pero no pude! -respondió igual enojado- pero me arrepentí en ése momento

Trollino: Sabes que debes hacerlo ya -repitió, como siempre lo hacía- tarde o temprano deberás hacerlo

Timba: Lo sé, lo sé -se levantó y fue hacia una de las ventanas de su cuarto- sé que tendré que hacerlo, ¡prometo hacerlo un día de estos! -dijo con valentía, mas seguía inseguro- es sólo que lo veo algo imposible que terminemos él y yo juntos

Se acercó a la ventana y miró a la nada en ésta

Trollino: Sabes que puede pasar, no debes ser tan negativo

Timba: Es sólo un desesperado Enamoramiento

Crush [Mondimba]Where stories live. Discover now