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La tarde de un día antes de la exposición, Timba estaba reflexionando en su cama. Ésta vez no era sobre si él era suficiente para Mondongo, no era sobre si debía entregarle la carta. Pensaba más bien, ¿será Mondongo suficiente para él?, ¿valió realmente la pena que él haya puesto su presión, sentimiento y esfuerzo en aquél pedazo de papel?

Las palabras y situaciones con las que fue descrito eran desconcertantes. Veía la carta mientras estaba sentado a la orilla de su cama, pensando en si entregar eso podía llevarlo a algún lado. Ya no era tanto por si Mondongo correspondía o no, era por si mínimo se tomaría la molestia de leerla

Sin embargo, al recordar las palabras de Rius, el nombre de su mejor amigo vino a la mente, Trollino. Recordó que el mitad pollo le comentó de una salida que tuvieron, y un problema que ocurrió

No era cualquier cosa, era sobre su mejor amigo, quería saber qué pasó. Se levantó y se arregló un poco para poder ir a la casa del pelinegro, y preguntarle al respecto

[...]

Al oír que tocaron la puerta, Trollino fue en camino a abrirla. Se sorprendió al ver a su compañero de cabello celeste llegar, pues esperaba al menos un previo aviso de que vendría

Trollino: ¿Timba? -lo miró extrañado-

Timba: Lamento llegar así de repente, ¿podemos hablar?

Trollino: De acuerdo, pasa -y se hizo a un lado para darle chance de entrar-

Ambos fueron a la habitación del de ojos celestes, estaba un poco desordenada, pero una que otra cosa. Trollino se sentó en una silla frente a un escritorio, mientras que Timba en la cama de su amigo, al borde

Trollino: ¿De qué se trata?

Timba: Me comentaron que hace tiempo tú saliste con unos amigos, y entre ellos estaba Mondongo

Trollino: Oh, sí... -se rascó la nuca- pero sólo fuimos a jugar a un parque y-

Timba: También me comentaron sobre un problema que tuvieron, ocasionado por él -interrumpió- vengo a preguntarte, ¿es eso cierto?

El de cabello azabache suspiró y asintió con la cabeza

Timba: ¿Por qué nunca me lo dijiste?

Trollino: Es sólo que te veía muy enamorado, no quería quitarte las esperanzas -miró al suelo- por eso cualquier cosa que te dijeran te la trataba de dialogar, para que no te impidiera cumplir tu sueño, perdóname

Timba: Trollino... -se levantó y fue con él, poniendo una mano en su hombro- pudiste habérmelo dicho desde el principio, me hubiera desilusionado, pero mínimo hubiera evitado estar con alguien así de irresponsable

Trollino: Sí, lo siento -lo miró- malo por mi parte

Timba: ¿Y qué pasó? -fue de nuevo a la cama-

Trollino: Pues, fuimos a jugar básquetbol en un parque de por ahí, uno en medio de una colonia... -empezó a recordar-

{...}

Víctor: ¡Vamos, pásala hacia acá! -alzó las manos para recibir el balón-

Mondongo: ¡Apuesto a que mi jugada será lo suficientemente hábil para poder encestar desde aquí! -rebotaba el balón muy confiado-

Rius: ¿Crees que la anote? -preguntó en un susurro a Trollino-

Trollino: Obvio no, está al otro lado de la cancha como para encestarla de ahí

El de cabello celeste con morado lanzó con fuerza la pelota, pero sólo provocó que ésta se fuera por encima de la cerca alrededor de la cancha. El balón color rojo rebotó y rebotó, hasta llegar a la ventana de una casa

El impacto fue demasiado fuerte por la forma en la que había llegado ahí, lo que provocó que rompiera el frágil cristal de la ventana de un rebote. Fue sonoro, ya que todos lo escucharon

Trollino: ¡Mondongo! -lo regañó-

Mondongo: Ups... creo que me falló por tantito

Trollino: ¡Tendré que ir por mi balón y me verá, pensará que soy yo!

Mondongo: Lo siento amigo, error mío

Víctor: Creo que deben ir los dos por el balón, para que los vea y le expliquen al dueño de la casa

Ambos hicieron lo que el castaño dijo, y fueron en camino hacia allá. Al acercarse, una mujer anciana salió reclamando muy molesta

Trollino: Una disculpa señora, a mi amigo... -y volteó para ver a Mondongo, pero no había nadie ahí cerca suyo- ... que estaba jugando falló el tiro, pero el balón es mío

La mujer, al no ver a nadie más, empezó a reclamarle al de cabello negro. Él sólo sonreía de manera incómoda, mientras buscaba con la mirada a Mondongo. Lo vio detrás de él, pero fuera del rango de visión de la anciana

Trollino: L-Le prometo compensarle- -y la señora cerró la puerta fuerte- oh, vaya...

Mondongo: ¿Qué dijo al final?, no escuché -dijo acercándose a él-

Trollino pensó en tirarle un bien merecido golpe al mitad monstruo, pero prefirió dejarlo de lado. Con lo poco que pasó en un santiamén era suficiente para frustrarlo

Es un desesperado Enamoramiento, Enamoramiento
Mi mente me está atrapando
Pero tú no te estás enamorando
El cielo lo sabe, es sólo un desesperado Enamoramiento, Enamoramiento

{...}

Timba: ¡Qué hijo de puta! -dijo enojado- ¿y cómo hiciste para compensar a la señora?

Trollino: Fui con ella al siguiente día para aclarar mejor las cosas, ahí me dijo que ella se encargaría de pagar la ventana, y yo de cuidar un perro que ella tiene

Timba: No fue tan gruñona como se escuchó después de todo

Trollino: Sí, fue suerte que no me quisiera confiscar de por vida mi balón -suspiró- ¿entonces qué harás ahora?

Timba: ¿Sobre?

Trollino: Sobre lo de la carta, ahora que te conté esto no sé qué es lo que pienses de-

Timba: ¿Es un chiste?, el que me gusta se metió con mi mejor amigo, no veo porqué valdría la pena entregarle una carta de amor

Trollino: ¿Tienes un respaldo para la presentación de mañana?

Timba: Por supuesto, desde que Mayo me contó tuve un mal presentimiento 

Trollino: Y de nuevo, perdón por no decirte

Timba: Está bien -se acercó a él y puso una mano en su hombro- entiendo que no me querías desilusionar, aprecio eso

Trollino: Gracias -sonrió al ya sentirse más aliviado-

Crush [Mondimba]Where stories live. Discover now