Mi Nombre Es Lainer Loud

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Lake City, Florida.

Un pequeño pueblo donde sus habitantes son muy pocos. Y dentro de esos habitantes vive un pequeño albino, junto a su papá, mamá y hermano desde que tiene memoria. Ahora, nos centramos en una casa donde vive aquel chico una casa peculiar conocida por sus vecinos, y aunque solo son cuatro miembros el ruido no se puede evitar incluso siendo de noche, pero me estoy desviando del tema.

Nos dirigimos al último cuarto de la casa donde podemos ver que se encontraba haciendo su tarea, o proyecto. Algo que para el era un delito dejar tarea en las vacaciones, y más cuando tenías todos los días planeados. Pero el niño no sabía que ese día, su vida cambiaria por completo.

- ¡Lainer, baja a cenar! - Se escucha la voz de un adulto.

- ¡Ya voy! - Grito el albino.

Lainer salió de su cuarto y dirigió sus pasos hacia las escaleras, pero el chico las bajo de una manera no tan normal. Y aunque todas las noches el niño podía cenar con su padre. Está parte del día era la menos favorita del chico, ya que después de la cena su padre siempre tenía que salir a trabajar toda la noche y siempre se quedaba solo con su pequeño hermano. Pero quedarse solo no siempre era tan malo para el pequeño peliblanco.

El niño llegó a la mesa para sentarse. En la mesa estaba su pequeño hermano sentado en su silla. El niño tenía la cara cubierta de su comida. Esto hizo que el albino de le dibujara una sonrisa.

- Hola enanito, de nuevo jugando con tu comida.

- Poo Poo.

- Ay Levy, ya te hé dicho que la comida no es para que jueges. - Decía el adulto limpiando la cara del infante.

- Jejejeje.

- Si, si, muy gracioso.

- Papá ¿crees que me puedas ayudar con mi proyecto después de cenar?

- No puedo Lainer, me gustaría pero debo ir a trabajar. Además desde que tú mamá tomo esas vacaciones tengo que hacer la cena.

- Entiendo... ¿Y creés que podamos salir estás vacaciones?.

- Ya hemos tenido esta discusión Lainer. No podemos irnos de vacaciones.

- Pero, ganas muy bien, y si publicaras tus historias serías millonario.

- Esas historias las hice para que durmieras. Además no son muy buenas.

- ¿Bromeas? Una historia sobre el chico que viaja a otra dimensión donde vive con diez hermanos o la de los conejos. Son asombrosas. Aunque la primera es un poco loca.

- Pero no es necesario. Prefiero que sigan siendo unas simples historia para dormir Lainer.

- Piensa en todos esos papás que harás feliz al publicar una historia para que sus hijos puedan dormir.

- No todos tienen el mismo gusto que ustedes dos. Algunos van a pensar que es una historia sin sentido.

- Está bien... Yo solo quería ayudar... - Contesto el niño un poco molesto.

- Está bien, lo pensaré un poco. Pero por ahora sigue comiendo. Tengo que irme a trabajar y no quiero irme y que estén con el estómago vacío.

- Es por eso que debes publicar tus historias. No me gusta que trabajes de noche. Puedes sufrir un accidente papá.

The Loud House: La Vida De Un LoudWhere stories live. Discover now