Capítulo 20

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—Tenemos una reunión con Michelle —dice Conway.

Volkov, que acaba de llegar a comisaría y ni siquiera ha tenido tiempo de ponerse de servicio, lo mira sin entender. Las reuniones de Conway con su superior suelen ser cosa de ellos dos; Volkov nunca está invitado.

—¿Ahora?

—Sí, está en mi despacho. Te espero allí, no tardes. —Y sin más, da media vuelta y se marcha.

—Diez cuatro —dice el ruso, aunque Conway está lo bastante lejos como para no oírlo ya.

Sin perder tiempo, Volkov ficha su entrada en servicio y sube las escaleras hacia el despacho de su jefe. Llama con suavidad a la puerta antes de entrar.

Michelle Evans está allí, vestida de traje y con el cabello castaño rojizo pulcramente trenzado. Está sentada en la silla de Conway con las piernas cruzadas, sin duda para reafirmar la autoridad que tiene sobre Conway y sobre toda la comisaría.

—Volkov, te esperábamos —dice—. Siéntate, por favor.

Volkov lo hace, mirando a Conway. Él está de pie, con los brazos cruzados, justo al lado de Evans. Parece molesto por algo. El ruso no puede evitar que el nerviosismo se apodere de él.

—¿Hay algún problema? —pregunta.

—Ningún problema —aclara Michelle—. Me han llegado los informes sobre el caso de Megan Anderson. Lo presenté a los de arriba y están de acuerdo en que se trata de algo que sobrepasa al CNP, por lo que va a quedar a cargo del CNI.

Volkov no sabe por qué comparte con él esa información. No es la primera vez que el CNI se ha reasignado alguno de sus casos y normalmente llega con un aviso por parte de Conway, no de la jefa del CNI en persona.

—De acuerdo, haré los trámites lo antes posible —dice.

—Volkov, los jefes te consideran un efectivo valioso para este caso —prosigue Michelle—. Eres actualmente el único vampiro en el CNP y creemos que tu punto de vista puede ser esencial.

—No tengo ningún inconveniente en ofrecer mi ayuda cuando sea necesario, agente Evans. Estaré a disposición del CNI para lo que necesiten.

Michelle mira un momento hacia Conway y luego vuelve a centrar sus ojos verdes en Volkov.

—No estoy hablando de una consulta puntual —aclara—. Quiero que te unas al CNI.

—No —interviene Conway.

Volkov lo mira, sorprendido por su rotundidad.

—Conway, no puedes tomar decisiones por él —replica Michelle con calma—. El único motivo por el que he dejado que te quedes en la reunión es porque has prometido que no intervendrías.

—No sabía que ibas a pedirle que se una al puto CNI —vocifera. Por un momento parece que va a perder los nervios, pero recupera la compostura rápidamente—. Trabaja para mí. Sabes bien que no estamos sobrados de efectivos ahora mismo. Necesito a Volkov en otros casos, no solo en ese.

Volkov tiene la sensación de que se han olvidado de que sigue allí. No sabe si añadir algo o seguir en silencio.

—Las cosas no funcionan así, Conway. —Michelle le da la espalda y se dirige entonces a Volkov—. ¿Y bien? Si aceptas, tengo aquí mismo los papeles para que los firmes. —Toca con un dedo la carpeta marrón que hay sobre la mesa, con la palabra "Confidencial" destacada sobre ella—. Se te dará de alta como agente en activo de inmediato.

—¿No hay que hacer unas pruebas para poder aplicar al CNI? —pregunta Volkov, inseguro.

—Hemos revisado tu historial y tenemos los datos de los test psicotécnicos de cuando te uniste al cuerpo. Los de arriba no ven ningún problema en que aceleremos los trámites por la situación actual. Sin embargo, es posible que en unos meses, cuando todo esté resuelto, soliciten que se repitan los tests para hacerlo todo más oficial.

Seres de la noche [Volkway]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora