「Capítulo 4」

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Dragón, zorro astuto y oso polar


—... y ahora estamos aquí.

—Vaya, chica..., ¿y cómo es que estás tan tranquila?

—Créeme, no tengo ni idea.

—Y encima estás atada a este imbécil.

—Ya, bueno, nunca he tenido mucha suerte.

Lina y Abby estaban dentro del camerino de mujeres, con esta última sentada en una silla comodísima, frente a uno de los tantos espejos, mientras la otra exuberante mujer le hacía un rápido y efectivo cambio de look.
Se habían situado en la entrada, junto a la puerta, debido a la esposa que unía a Abby y Jungkook.

Este último esperaba detrás de una cortina negra, repantigado en el suelo, apoyado en la pared y con el brazo alzado para facilitar el movimiento de la chica.

Una bailarina pasó por su lado y lo miró mal, a lo que él respondió agitando los dedos de la mano y sonriendo forzosamente, como si su sonrisa dijera: «Sí, soy un tipo extraño tirado en mitad de este pasillo extraño que te saluda amablemente para que pienses que no soy tan extraño».

—Siento interrumpir esta gran conversación en la que habláis tan bien de mí como si yo no estuviera aquí —ironizó—. Pero me preguntaba si os quedaba mucho. Contando a esta última, ya van cuatro mujeres que me miran mal. Mi orgullo no soportaría una más.

—Tú, bueno para nada, cállate —ladró Lina—. Sólo nos queda la ropa.

Jungkook puso los ojos en blanco por lo primero. Luego escuchó una conversación entre las mujeres, en la cual parecían debatir que modelito debería probar.

—La esposa me impedirá quitarme la camisa.

—Podemos cortarla.

—¿Cortar la camisa? No sé yo...

—Jungkook te comprará una.

Jungkook puso cara de circunstancia y se señaló a sí mismo con el índice.

Chachi, podemos ir de compris algún día ¿humm? —masculló con una buena dosis de sarcasmo en un tono bobo, que causó en Lina la necesidad de meter la cabeza entre las cortinas para mirarle con muy malas pulgas. Rápidamente alzó las manos en señal de inocencia—. Estaba bromeando. Le compraré a mi Baby lo que necesite. ¿Me has escuchado, Baby?

—No.

Satisfecho, sonrió encantado por su mal humor. Se dio cuenta de que Lina aún le estaba mirando con reproche y se puso serio en el acto.

Échame una mano —vocalizó para que Abby no le escuchara, dando un cabeceo hacia su dirección.

Te jodes —respondió su amiga y volvió a meter la cabeza.

Durante unos minutos, Jungkook escuchó a las chicas idear algo para cambiarle el look de manera efectiva, teniendo en cuenta la esposa que tantas complicaciones les daban. En una ocasión, Abby pegó un tirón involuntario de la esposa y Jungkook cayó de lado en el suelo.

—¿Estás bien? —Inmediatamente se asomó entre las cortinas para verlo tirado en el suelo y al revés. Su preocupación había sido tan genuina que se había olvidado de que estaba enfadada con él.

Jungkook, por el contrario, iba a soltarle algo socarrón, hasta que vio su nuevo aspecto. Estaba tan impresionado que la mandíbula le colgó y el rostro se le congeló.

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⏰ Last updated: Jan 14, 2022 ⏰

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Esposados ✦ jjkWhere stories live. Discover now