Donde un enigmático mito, de esos que suelen contarse a los traviesos niños, se revela más tangible y verídico que la propia existencia de los majestuosos dinosaurios que poblaron la antigüedad.
En el centro de esta trama se encuentra una reliquia d...
Para mejor experiencia en tu lectura he creado una playlist.
La puedes encontrar en Spotify como: "El prakloo" Mi usuario es Dunsl24
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Ahora sí comencemos.
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En los escritos de la historia se relata una antigua leyenda que narra la existencia de uno de los seres demoníacos más temibles que jamás haya existido. Pero no hablamos de un ser cualquiera, no; esta entidad había sido creada con la esencia misma de Lucifer, con el propósito de recolectar las almas corruptas que aún deambulaban por la tierra.
Desde hace milenios se ha decretado que los demonios no pueden apoderarse de un alma sin su consentimiento, a menos que esta carezca de la bendición divina. Todas las almas, excepto estas últimas, están bajo la custodia de los ángeles guardianes.
Debido a esta regla, las entidades se han visto obligadas a encontrar diversas formas de obtener almas, ya que el inframundo no recibía un número suficiente de ellas.
Fue así como surgió esta entidad demoníaca, cuyos métodos eran mucho más sutiles e ingeniosos. Entre ellos se encontraban la seducción, la persuasión, la influencia y la convincente astucia. Este ser poseía un as bajo la manga, pues era visible entre los humanos, aunque no el único. Sin embargo, este en particular podía pasar desapercibido entre la multitud, sin ser descubierto. Además de su exquisita belleza y sensualidad, tenía la capacidad de ocultarse y se ha ganado el título de uno de los demonios más peligrosos de la historia.
Este ser era una de las creaciones más perfectas de Lucifer: arrogante, lleno de ira, impaciente y despectivo hacia la humanidad. Su principal rasgo era la falta de compasión hacia los demás. Poseía unas alas enormes y oscuras que se extendían desde su espalda, un cuerpo perfectamente esculpido, un rostro varonil y afilado, unos ojos verdes esmeralda y garras relucientes y afiladas que sobresalían de sus dedos. Todos estos atributos podían ocultarse perfectamente, permitiéndole pasar desapercibido entre los humanos, robando solo miradas asombradas y coquetas gracias a su innegable atractivo para cualquier gusto.
Muchos cazadores y hechiceros han intentado detener a este ser demoníaco sin éxito alguno, algunos incluso han perdido la vida en el intento. Sin embargo, finalmente, un cazador de demonios logró atraparlo con una flecha encantada y lo encerró en una pequeña reliquia, poniendo fin a su reinado de terror. La reliquia fue entregada a los guardianes de la ciudad, quienes juraron protegerla con sus vidas para que este ser nunca volviera a ser conocido. Lo llamaron "PRAKLOO", que en su idioma significa "Ave Maldita".
Siglos Después.
Siglos después, un grupo de jóvenes arqueólogos se encontraba en medio de uno de los descubrimientos más asombrosos de sus carreras.
Hace unos días, varios turistas informaron haber visto extraños dibujos trazados en medio del desierto, lo cual llamó su atención y los llevó a investigar por sí mismos. Descubrieron una enorme tumba oculta bajo la arena.
A medida que se adentraban en las profundidades de aquel sendero, los arqueólogos experimentaban una creciente sensación de malestar y una perturbadora energía negativa. Por razones obvias, varios de sus compañeros insistieron en abandonar la excursión y desertar la misión. Sin embargo, esto no detuvo a los más intrépidos, quienes continuaron con la esperanza de descubrir algo más en esa misteriosa tumba.
Y, efectivamente, lo encontraron. En lo más profundo del sendero yacía una cerámica perfectamente conservada, con intrincados grabados que ninguno de los presentes logró descifrar. A pesar de esto, los hombres, cegados por la promesa de un tesoro, tomaron la cerámica y fingieron no haber tenido éxito en su misión.
Aquella vasija era un objeto de incalculable valor en el mercado negro, capaz de obtener millones. Pero esto palidecía en comparación con el simple reconocimiento que obtendrían por haber descubierto esa tumba.
Escondieron la cerámica lejos de la mirada de sus colegas y se la confiaron al más astuto del grupo de codiciosos, quien planeaba llevarla consigo hasta Corea, donde podría venderla por una exorbitante suma de dinero.
"La codicia del hombre desencadena su propia destrucción"
