𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 28

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— Es su vecino, Félix me dijo que era una especie de hacker o algo así — explico al agente.

— Mañana temprano traeré el disco y dile al tal Félix que tiene que llevarme con ese sujeto personalmente — condicionó — También adviertele a Minho sobre la seguridad de Jisung, escuché que los demonios de bajo rango se enteraron de su existencia y vendrán por el en cualquier momento.

— Dudo que quieran acercarse teniendo a Minho cerca — soltó sin importancia.

— Entonces cuida tu espalda, por qué ahora eres considerado un traidor en el infierno, al igual que el Prakloo — aconsejo.

— Lo tomaré en cuenta.

(....)

El tono agudo de su alarma resonó en toda la habitación obligandolo a despertar de su siesta.
Reviso sus notificaciones antes de ponerse de pie con mala gana y darse una ducha.
Hoy sería su primer día de clases en el año y se podría decir que su emoción no era mucha.
Mando algunos mensajes a Félix para que se encontraran en la entrada de la escuela y buscaran un espacio cómodo para aprender.

Ajusto su uniforme perfectamente planchado y arreglo su cabellera relajado.
Había despertado bastante temprano y esto le permitía tomarse el tiempo necesario para arreglarse a detalle.

La sala se encontraba vacía esa mañana, se preguntó si el azabache había siquiera regresado después de lo de ayer.

No comprendía en que momento ambos habían terminado de esta forma, Minho no dejaba en claro la intención de sus actos, era tan difícil de predecir.

Se decía a si mismo que existía una gran posibilidad de salir lastimado si dejaba que las cosas continuarán a este paso.
No quería hacerse ilusiones y que se las terminarán destruyendo cruelmente, aún teniendo en cuenta esto se ha encontrado intentado justificar las acciones de Minho un montón de veces, jamás a experimentado el amor, y quizás su inexperiencia lo hacía alguien ingenuo.

Su mejor amigo se encontraba esperándolo impaciente en la entrada, pudo notar su preocupación al encontrarle, literalmente corrió en su dirección.

— ¡Sungie! — le abrazo — ¿viniste solo? — consulto con inquietud.

— ¿ah?, Claro, siempre vengo solo — contesto extrañado.

El rubio pareció buscar algo a su alrededor, sus ojos se detuvieron en un punto detrás del castaño y este se giró con curiosidad encontrando al azabache apoyado en un árbol mientras le observaba con atención, no era la primera vez que lo seguía, tenía entendido que se aburría en el departamento, pero aún así le parecía extraño.

— ¿Entramos a clases? — propuso el pecoso, sonaba más aliviado luego de encontrar a Minho.
El castaño le dió una última mirada al mayor antes de asentir y entrar a la escuela.

El aula se llenó de estudiantes progresivamente, entre ellos la entrada de sus más grandes temores, aquellos que gobiernan el salón y toda la escuela en si.
Esperaban poder salir ilesos de esta clase sin ser sorprendidos con una gloriosa bienvenida de estos.

Las horas avanzaron con velocidad hasta el momento del receso, el menor intento buscar al peligris de hace unos días sin tener éxito, la escuela era demasiado grande y habían muchos estudiantes, quizás lo encontraría en otra ocasión.

El día continúo con normalidad, por fortuna no habían tenido roses o problemas con los fanfarrones del salón y esperaban que continuará así.

Desgraciadamente al terminar la clase este grupito se acercó a sus pupitres con una sonrisa malvada en sus rostros, los demás estudiantes escaparon con prisa del salón sabiendo lo que sucedería a continuación.
El pecoso también tuvo la oportunidad de hacerlo pero este se quedó decidido junto a Jisung.

𝗘𝗟 𝗣𝗥𝗔𝗞𝗟𝗢𝗢 . 𝑀𝒾𝓃𝓈𝓊𝓃𝑔Where stories live. Discover now