𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 3

9.1K 1.4K 431
                                    

El castaño entrego un par de almohadas junto con unas cobijas al desconocido y luego de cerciorarse de que estuviese cómodo regreso a su habitación para finalmente poder dormir

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

El castaño entrego un par de almohadas junto con unas cobijas al desconocido y luego de cerciorarse de que estuviese cómodo regreso a su habitación para finalmente poder dormir.

Pero el pelinegro no tenía planes de reposar en aquel incómodo mueble.
Observo la ventana en frente suyo percatándose de la cubierta transparente que tenía.
De pronto se abrió recibiendo todo el torrente de viento soplar hacia el interior, de está se visualizo a un ave oscura tomar lugar en una de las orillas del ventanal.
Suspiro disgustado al saber de quién se trataba.

— He regresado — aviso el pelinegro.

— Mi mejor creación, después de tantos siglos has vuelto a mi — se escucho una voz profunda desde el ave — ¿Cómo pudiste ser derrotado por un simple humano? — reclamó.

— Fue un error mío — admitió.

— He carecido de almas desde tu partida, ningún otro sirviente mío ha complacido tanto a mi reino como lo has hecho tu, por eso ahora debes retomar tu ocupación, la luna roja se acerca y necesito almas puras — avisó — tráeme el alma de ese chico — señaló a la habitación del castaño — su pureza y energía serán útiles para el ritual, captura la mayor cantidad de almas similares antes de la luna roja, está es tu nueva misión — sentenció, el pelinegro asintió fingiendo sumisión y el ave regreso de dónde vino.

Con una orden en ejecución, el demonio sintió un peso excedente en su espalda y el estrés agolparse en su ser.

Caminó hacía la habitación del castaño suponiendo que yacía durmiendo y se encontró con este inconsciente y en una posición digna de aparecer en una escena de terror.

¿Cómo un humano podía dormir de esa forma? - pensó.

— Ma~ — murmuro entre sueños mientras se removía entre las sábanas como si fuese un gusano.
El pelinegro observó la escena con una ceja arqueada, quizás le había causado algo de gracia.

mañana - pensó.

Talvez solo quería divertirse un poco más, aprovecharía la hospitalidad del castaño para ponerse al día con todo lo que ahora era su actualidad.

(.....)

El castaño despertó con pereza y se estiró entre sus sábanas creyendo que esté sería otro día rutinario, de pronto un golpe de recuerdos llegaron a su mente y con velocidad se dirigió a la sala, encontrandola extrañamente vacía y desolada

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


El castaño despertó con pereza y se estiró entre sus sábanas creyendo que esté sería otro día rutinario, de pronto un golpe de recuerdos llegaron a su mente y con velocidad se dirigió a la sala, encontrandola extrañamente vacía y desolada.

¿Había sido un sueño? - pensó.

Con la confusión inundandole, regreso a su habitación para darse una ducha, cuando de pronto, su paso fue interrumpido por la inesperada aparición del pelinegro de apariencia misteriosa en frente suyo.

— ¡Santo Cielo!, ¡Casi me das un infarto!, ¿Qué hacías en mi habitación? — reclamó abrazando su cuerpo, sintiendo la pesadez de su cuerpo desaparecer inmediatamente por la adrenalina de su corazón — ni siquiera se por que pregunto, nunca respondes — admitió con desconcierto cuando se permitió relajar sus nervios.

El hombre pelinegro observo con mas atención su cabellera castaña, Jisung se había levantado con tanta prisa de su litera, su pelo no encontró remedio a la revolución de sus movimientos nocturnos y una extraña figura de estrella salvaje adornaba su cabeza con esmero.

Jisung rápidamente sintió la mirada penetrante del hombre y camino con prisa a su habitación junto a un rubor intenso en sus mejillas.

Regreso a la sala después de un prolongado tiempo con el cabello arreglado y una reluciente sonrisa.
En la sala se encontraba el Pelinegro ensimismado en la fresca imagen del paraíso en la ventana, Jisung noto que al hombre se gustaba pasar bastante tiempo observando la nada.

¿Estaré haciendo bien? — pensó.

Cualquier persona hubiese sido desconfiada de recibir a un desconocido en su casa, pero el castaño era todo lo contrario, en su interior albergaba un corazón demasiado puro y solidario, fue criado humildemente desde pequeño y su madre le enseño todos los valores y creencias necesarios para que esté creciera de forma recta, aunque estas buenas intenciones siempre terminaban metiéndolo en problemas y le hacía falta enfrentar el mundo real por su cuenta.

— No sé por qué problemas estés pasando y la verdad no creó ser muy útil con eso — explico — te ayudaré a conseguir algún sitio para dormir, no sé si necesites empleo pero te puedo ayudar con eso sí es que me lo pides, esa es toda la ayuda que te puedo ofrecer por ahora, lo siento — se disculpo — ¿No dirás nada? — insistió pero este seguía actuando indiferente — ah lo olvidé, nunca respondes — recordó — mientras tanto te quedarás aquí hasta entonces, iré a preparar el desayuno — dijo por última vez para perderse en su cocina.

Ningún humano es así de hospitalario.

— Hice un par de tostadas, no sé si te gustan pero es lo que hay — aviso dejando el platillo en frente del pelinegro y este lo tomo — Está tarde iremos a comprar algunos víveres, la nevera está vacía y la verdad no creo que pueda confiarte mi departamento aún, así que vendrás conmigo, y ya que no hablas seguido supongo que no tienes ninguna objeción — explicó, la verdad le emocionaba poder hacer su rutina diaria con alguien.

El pelinegro visualizo el plato en sus manos, no es como si un ser del infierno necesitara alimentarse realmente, pero tampoco podía negarse a la comida humana, es más, le fascinaba probar los sabores, así que sin pensarlo mucho tomo una bocanada de aquél platillo y degustó del exquisito sabor que este tenía.
Sin duda la comida había cambiado mucho desde la última vez que la probó.

— Pareces hambriento, ¿quieres que te dé el mío también? — ofreció su platillo, ya que este no tenía hambre, sin embargo no se espero que el contrario prácticamente se lo arrebatará de las manos — Vaya, supongo que agradecer no es lo tuyo — supuso algo confundido por su actitud, de cierta forma no le molestaba, el sabía que no todas las personas habían sido educadas como el, también comprendía que todos los humanos tenían aunque sea una pizca d bondad en su interior y no podían ser juzgados sin antes conocerlos realmente.

En cambio el demonio se estaba burlando internamente por la ingenuidad de aquel castaño, sin duda sería muy fácil de manipular, he incluso divertido.

(..).

La tarde se había hecho presente muy rápido, el menor estuvo varios minutos en su habitación escribiendo una lista de compras que serían necesarias para sobrevivir la próxima semana y cuando tuvo todo listo salió a la sala donde yacía el pelinegro en el mismo lugar en el que lo vio la última vez hace varias horas.

— ¿Estás listo? — pregunto pero este solo lo observo indiferente, el menor quiso suponer que era un si y camino hasta la puerta confiando en que el pelinegro lo seguiría.

𝗘𝗟 𝗣𝗥𝗔𝗞𝗟𝗢𝗢 . 𝑀𝒾𝓃𝓈𝓊𝓃𝑔Where stories live. Discover now