2• Alina

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Unas fotos aparecen en la pantalla de mi celular

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Unas fotos aparecen en la pantalla de mi celular. Diago abraza y  besa a una chica de cabello rubio, entonces intento pensar rápido. Mantengo la calma junto a Lia, quien camina a mi lado después de esperarme como es costumbre.

Dibujo una sonrisa ante cualquiera que pase frente a mis narices. Tengo que estar bien; aunque mi mañana se encuentre arruinada, aunque mi día entero lo esté.

¿Cómo es que Dago fue capaz de hacerme algo así? ¿Por qué?

—¿Qué dices, Alina? ¿Vamos al cine a ver la película? —pregunta Lia.

—Sí, claro—respondo sin pensar. La verdad es que ya no quiero salir de casa.

—¿Estás bien? Si no quieres verla, no importa, vemos otra. Aunque es muy importante para mí porque...

—No es eso —Interrumpo—. Es que...Debo pagar las cuentas de este mes.

—Yo te invito.

—¡Oh no, claro que no, Lia!

—Por favor, quiero que me acompañes—Pide a modo de súplica uniendo sus manos—. ¡Dicen que las tomas en esta filmación son increíbles! Es un director que admiro. Además, está guapísimo, puedes buscarlo en internet.

De un momento a otro levanto la mirada encontrándome con el causante de mi amargura. Sonríe mostrando sus dientes, achica los ojos y casi en cámara lenta siento como el corazón se me detiene. ¿Cómo es que alguien tan hermoso como Dago puede ser tan cruel conmigo cuando le he dado todo?

Con cada paso que doy mi tristeza se transforma en ira. Lia sigue hablando de la maldita película de terror del director Sato, y nadie mejor que yo para experimentar el papel de asesina.

—Hola, mi a...

Una sola bofetada le impide terminar esa absurda y carente frase.

—¡Imbécil! ¿Quién te crees que eres? —expreso alterada.

—¡Calma, Alina! ¿De qué hablas?

—¡De esto! —Le enseño mi celular.

La cara se le transforma. En su gran osadía jamás pensó en mí, o en ser descubierto. No obstante, mi actuar prepotente logra sorprendernos a ambos.

—No es lo que parece, ¿quién te envió esto?

—¡Me importa una mierda quien lo envió! —Levanto la voz por primera vez en toda esta relación—. Tú y yo terminamos, Diago.

—No, no puedes hacerme esto. —Pide tomándome del brazo—. Tranquilízate.

—Suéltame, o armo un escándalo.

Pocas veces la prudencia y la cordura me abandonan. Pero en situaciones como esta, cuando soy señalada y juzgada por mis actos, van a condenarme para lo que queda de mi carrera. Soy pasional, me dejo llevar por mis impulsos, aunque mi cabeza argumente una cosa y realice otra.

Quita sus manos de mí, observa a los costados al percibir que un grupo de idiotas se encuentra atentos a los próximos movimientos. No sería la primera vez que se inventan rumores en esta universidad, pero si hay que ser realistas, nadie quiere cargar con eso.

—¿Qué mierda fue eso? ¿Qué le mostraste? —Indaga mi amiga mientras nos alejamos con prisa.

—Ve este mensaje—Le entrego mi celular.

Lia queda estupefacta, las imágenes son contundentes. Me mira a través de sus gafas como esperando más información; pero no puedo aportar datos, esto acaba de llegar de la nada.

—¡Maldito hijo de puta! —expresa con enojo.

—¡Imbécil de mierda! —Bufo—. Siempre confié en él, no puedo creer que me haga esto.

—Sí, porque con esa cara de idiota quien diría que sería capaz de hacer algo así.

—¡Lia, Dago no tiene cara de idiota!

—La disimula, al igual que su tonto amigo.

—No creo que Shad sepa que me hizo esto.

—Es verdad, eres su prima después de todo.

—Ya olvídalo, me voy a casa.

—Entonces, ¿no veremos la película? —Detiene su andar sujetándome del brazo.

—¿Qué te hace creer que quiero verla?

—La Alina que yo conozco no dejaría que nadie la subestime. ¡Por favor, mírate! Eres linda, inteligente, una artista por naturaleza. ¡Que Diago Ajax se vaya al cuerno!

—¡Cuernos los que llevo de adorno! —digo en un tono fuerte y molesto.

—Eso es, cariño, ¡libera toda esa carga emocional! —Aplaude.

Comienza a reír por mi expresión. A veces me resulta inoportuna; pese a ello, ahora es de mucha ayuda.

—Tienes razón, Lía. Nadie va a verme la cara.

—Tenemos una cita esta noche—Estrecha su mano.

—Sí, está bien—La tomo—. Nos vemos en el cine.

Supe que la vida no iba a ser fácil desde el momento en que mi madre murió y mi padre se fue de la ciudad cuando alcancé la mayoría de edad. Es como el vidrio trizado de una ventana que intentas no tocarlo para evitar que se rompa. Papá se mantuvo a mi lado por obligación, o para que a futuro no tuviese algo que reclamarle. Me dejó la casa, una mesada cada mes, y a mis tíos al pendiente. El vidrio se rompió, solo juntó los pedazos e intentó darle solución momentánea. Una ilusión precaria fue creer que el amor reemplazaría el vacío, que además de aire y libertad entraría alguien a cuidarme.

Diago era lo más bonito que me había ocurrido en años. Él me apoyó tantas veces que me sentí agradecida. Creí que éramos una pareja consolidada, con altibajos como cualquiera, pero segura.

Vuelvo a ver las fotos y no logro entenderlo. ¿Cuántas veces habrá sucedido? ¿Quién será ella? ¿Cómo surgió lo que tienen ahora? ¿Le habrá dicho que la ama?

A veces es mejor no pensar tanto y solo dejar que las cosas sucedan. No quiero enfrentar esto; sin embargo, tampoco puedo hacer de cuenta que nunca sucedió.

Todo va a estar bien. Tú puedes estar bien. Siempre estás bien.


...

¡Buenas! Aquí con el capítulo 2 desde la perspectiva de Alina. 

Como podrán deducir, los capítulos impares le pertenecerán a Tanner, y los pares a Alina. ¿Qué les parece? Es la primera vez que lo hago así. 

¿Les pareció corto? ¿Van a aguantarse hasta el fin de semana? 🤭😂

Besotes. JK 💜

Ente anónimoWhere stories live. Discover now