2. Love Me Harder [SuperCorp/Kara G!P]

Capítulo 6

—Lena, háblame —dijo Maggie. Estaba arrodillada a mi lado, siendo en todo aspecto la persona amable y empática con la que esperaría que Kara estuviera.

—Estoy bien —jadeé—, estoy bien. Sólo... necesito ir a casa.

Inhalé profundamente, ignorando el dolor. Estaría bien. Sólo necesitaba ir a casa y acostarme.

—No te puedes ir así —dijo.

—Sí puedo. Estaré bien —dije. Sólo tenía que levantarme del piso, pero apenas si pude pararme sobre mis rodillas. Esto era humillante y aterrador al mismo tiempo. No podía hacerle saber a nadie lo que había pasado ayer. No quería que Sam se metiera en problemas y no quería que se enojara conmigo.

—¿Lena? —esta vez era la voz de Kara—, ¿qué pasó?

—No sé. Simplemente colapsó —dijo Maggie. Miré a los dos. Ahora estaban a cada lado mío.

—Sólo quiero ir a casa. Estoy bien —dije. Estiré el brazo hacia la mesa y me levanté. Kara fue rápido en poner un brazo a mi alrededor el segundo en que mostré una señal de caerme de nuevo.

—No estás bien. Te vamos a llevar al centro médico del campus —dijo Kara. Quería pelear más, pero en el fondo sabía que necesitaba ayuda, así que asentí lentamente.

—Está bien —coincidí.

—Okay. Maggie, ¿puedes coger su bolso? —preguntó Kara. Maggie asintió rápidamente y lo quitó de mi hombro. Me recosté contra Kara y caminamos por la biblioteca. Había unas cuantas personas viéndonos. Esto era vergonzoso. Estaba acostumbrada a ocuparme de mis heridas yo sola, en la tranquilidad de mi propia casa, pero ahora todos me miraban.

—¿Qué pasó, Lena? —preguntó Kara.

—Ahórrate la investigación —dije. La última cosa que quería era enfocarme en mentir.

—¿Dónde te duele? —preguntó.

—Sólo concentrémonos en llevarlo a un doctor del campus —afortunadamente interrumpió Maggie, y nada más se dijo.

La caminada hacia el centro médico pareció durar una eternidad. Estaba tratando de concentrarme en no desmayarme. El dolor era insoportable, pero sólo tenía que esperar a que llegáramos allá. Mírenme, teniendo que depender de Kara para ayudarme, justo como en secundaria. Era patético. No podía hacer nada por mí misma y a veces odiaba eso.

—Aquí estamos —dijo Kara y abrió la puerta. Como la mayoría de lugares médicos, era blanco y tenía ese olor estéril. Era silencioso y no había nadie más aparte de una señora sentada en un escritorio. ¿Enfermera o secretaria? No tenía idea.

—¿Nos pueden ayudar un poco por aquí? —preguntó Maggie. Siendo la hija del decano, no era sorprendente que tuviera un aire de confianza por aquí. La señora alzó la mirada, pareciendo reconocer a Maggie, y luego me miró.

—¿Qué es lo que pasa? —preguntó la señora. Ahora los tres desviaron la mirada hacia mí. Estaba sintiendo la presión.

—Mis, uh, mis costillas —dije vagamente.

—Está bien, vengan por aquí —dijo la rolliza señora y se levantó. Nos dijo un ademán para que la siguiéramos, así que nos encaminamos por un corredor y entramos a otras habitación. Era bastante espaciosa, con unas cuantas camas de hospital. Supongo que la única acción que pasa en este lugar son chicos de las fraternidades y chicas de las hermandades borrachos, cada vez que hay una fiesta.

—Siéntense aquí y yo traeré al doctor Watts —dijo la señora, palmeando una de las camas. Kara me ayudó a subir en la cama y luego se alejó. Extrañé el calor inmediatamente. Afortunadamente el doctor entró momentos después, salvándome de las preguntas de Kara. No quería mentirle.