Imagina estar en Nueva York, en vísperas de navidad... solo.
Adam odia la navidad.
Alissa ama todo lo que tenga que ver con navidad y fiestas.
Adam es serio y tranquilo.
Alissa es energética y feliz
Tan diferentes, pero tan iguales.
¿Serán una buena...
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Sin remordimientos.
11 de febrero 2020
Mi cabeza parece que estallará en cualquier momento, no entiendo la razón, se suponía que no me sentía tan borracha ayer. Creo que fue una total mentira que terminé creyendo, otra vez.
Aún sigo molesta con mis padres, seguiré molesta hasta que me den la cara y no se escondan tras el celular. Sigo sin creer como fueron capaces de dejarme plantada el día de mi cumpleaños, el cumpleaños de su hija. Su única hija.
No sé porque me sorprende tanto, mi mente trataba de hacerme entrar en razón y decirme que no esperara nada de ellos, pero mi tonto corazón y la niña que vive en mí aún, estaba emocionada y creía en ellos. La palabra clave en eso es creía. 12 años de mi vida esperando algo de ellos, algo que no sea material, yo solo era una niña que quería su atención, quería su cariño, quería llegar de la escuela y comer con ellos y que me preguntaran como me había ido en mis clases.
Lo único que recibía eran regalos, libros, cuentos para dormir, cuentos para colorear, muñecas y juguetes que quería. Nunca me faltó nada material, pero eso no era lo que yo quería cuando era pequeña; yo quería que estuvieran conmigo.
No fueron malos padres, en eso debo estar feliz, nunca me maltrataron o insultaron, pero no sabían manejar su tiempo, no supieron organizarse entre su trabajo y su única hija. Para ellos era más fácil irse a trabajar que quedarse conmigo y saber cómo estaba, mis cumpleaños, la mayor parte del día me la pasaba sola, con las personas del servicio de mi casa. Casi al terminar el día llegaban con un montón de regalos.
En ese entonces estaba feliz, cuando crecí me di cuenta que solo lo hacían para llenar su vacío. Y yo nunca pude decirles nada.
Nunca puedo decirles nada, no soy capaz de hablar sobre el como me sentía o como me siento actualmente. Soy muy débil con ellos y les suelo perdonar todo, supongo que es algo malo de mí.
Un gruñido a mi lado me hizo despejar todos mis pensamientos.
—Mi cabeza va a explotar.
—Te lo dije y no podrás decir que no.
—No recuerdo nada, Ali —se mueve en la cama y me mira fijamente —. ¿Qué está pasando por tu cabecita?
—En que un día vas a ir directo a un hospital debido a tanto alcohol que ingieres —me volteo y le doy la espalda.
—No creo que esa sea la razón —pica con su larga uña mi costilla —. Ayer te pusiste algo rara cuando se fueron Adam y Dave. ¿Puedo preguntar por qué?
Cierro los ojos con fuerzas y me volteo hacia ella.
—Ni yo sé que me pasó Mel. De repente me sentí mal, creo que fueron tantas emociones acumuladas que las sentí explotar en mi interior. Pasé de estar feliz todo el día a estar triste y enojada por la culpa de mis papás, emocionada por lo que estaba viviendo en la fiesta —hago comillas con mis dedos—, una emoción diferente por lo que estaba entablando con Adam —suspiro—. Y de pronto me volví a sentir enojada, triste, decaída.
