Imagina estar en Nueva York, en vísperas de navidad... solo.
Adam odia la navidad.
Alissa ama todo lo que tenga que ver con navidad y fiestas.
Adam es serio y tranquilo.
Alissa es energética y feliz
Tan diferentes, pero tan iguales.
¿Serán una buena...
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27 de mayo 2020
Tengo la cabeza en cualquier lado, menos en donde debe estar. Los últimos días he estado ocupado y recibo múltiples llamadas de un número privado, luego hay otras que son de un contacto en específico, que esas prefiero ignorar.
Realmente no quiero llegar al punto donde sí haga la orden de restricción para Barbara, quiero creer que se la pasará el berrinche y dejará de molestar, pero ha ido en aumento y estoy empezando a temer.
—Tienes esa maldita costumbre de hacer algo, ya cuando te viste afectado a más no poder —Dave habla muy rápido y detecto enojo en sus palabras—. Hasta que ya no tengas otra opción o vayan directamente a atacarte, saldrás a defenderte —rueda los ojos con fastidio.
—Si no lo hago en ese momento es porque tengo la cabeza llena de trabajo y otros temas —me cruzo de brazos.
—Típico de ti no darle la prioridad a tu vida personal —suelta un bufido e imita mi acción.
—Bueno, ¿Y tú qué? Lo haz dicho, mi —recalco—, vida personal —alzo una ceja desafiándolo.
—Eres un imbécil —escupe la palabra con coraje—, no pelearé contigo ahora— se levanta de la silla frente a mí—. Si tú no harás nada, puede que yo sí. Me preocupo por ti Adam.
El castaño me da la espalda para salir de mi oficina echando humo por las orejas. Paso las manos por mi rostro, tallándolo con fuerza y desesperación.
Dave y yo no solemos pelear mucho, solo llegan a ser insultos y minutos después, reímos y hacemos como si nada hubiera pasado; no peleamos en serio. Pero esta vez se sintió diferente, como si todo lo que me dijo lo tenía retenido desde hace tiempo y por fin pudo expresarlo.
Un tema que también ronda por mi cabeza, es Alissa. La manera en la que he evitado estar solo con su presencia a mi alrededor, con sus ojos azules y cabello brillante. Sin contar su característico y lindo olor a fresas, que otras veces simplemente huele a vainilla, pero cualquiera es mi favorito.
Evito estar solo con ella porque no sé que tan capaz soy de controlarme, digo, es diferente lo que siento por la rubia y por eso no quiero cagarla más con algún comentario inapropiado o fuera de contexto. Dave me lo dijo, soy demasiado obvio —aunque siempre lo fui, según él—, dice que tengo en la frente un cartel con luces neón que dicen: ME GUSTA MUCHO ALISSA JONES.
Obviamente es un exagerado de mierda, pero no puedo arriesgar todo lo que hemos avanzado, me da miedo que ella pueda notar o percibir algo extraño de mí y se aleje. Tengo entendido que le han pasado cosas con la confianza a otras personas y no quiero ser una de esas.
No quiero ser un mal recuerdo para Ali.
Quiero ser un recuerdo feliz, quiero que cuando no esté conmigo se sienta tranquila al recordarme.
