Capítulo 2: El Encuentro

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Delaney Scott

—Entonces mi mamá revisó el cajón y encontró la botella vacía de vodka— Becca y yo estallamos en risas por la anécdota de como su mamá la encontró borracha en su habitación después de reprobar un examen y como la castigo por más de un mes y medio.— normalmente no hubiese hecho tanto alboroto pero ese día estaba tan cabreada que no se cómo no me rompió la cabeza en la bañera mientras me bañaba—Se limpia una lágrima del ojo por tanto reír

lanzo una carcajada de esas que no había lanzado nunca y me siento tan cómoda con su presencia como nunca antes lo había hecho con otra persona fuera de mi familia

Para nadie es un secreto que siempre he Sido una asocial por elección. Nunca ví necesario tener amigos y eso es algo que desde pequeña mi madre me ha sacado en cara, que siempre quizo que yo tuviera aunque sea una sola amiga porque según ella las personas que uno conoce en la niñez o en la adolescencia son las que más influyen en nuestra vida porque aprendemos de ellas así como ellas aprenden de nosotros.

Pero yo no. Yo nunca quise un amigo o amiga. En cambio Kieran es muy social y ama tener personas detrás de el e influir en sus vidas. Eso lo heredó de mamá que aunque ahora no lo demuestre mucho cuando Kieran y yo éramos pequeños nos obligaba a ir a las fiestas de los hijos de sus amigas. Corrección, solo me obligaba a mí, Kieran iba por voluntad propia y con una sonrisa en la cara mientras que yo me quedaba a ver cómo los niños perdían el tiempo jugando a las escondidas o a tu las traes.

Mi mamá siempre insistía en que me uniera a ellos pero yo me negaba rotundamente aburrida. Kieran por otro lado solo me preguntaba si quería jugar y siempre recibía un no como respuesta después el seguía con lo suyo, aunque muchas veces se sentaba conmigo y me hacía reír cuando se embarraba la cara de pastel, cosa que también me irritaba porque al ser la mayor yo tenía que ir a lavarle la cara. Esos momentos con mi hermano no los cambiaría por nada del mundo, porque yo podré ser terca, sarcástica, insufrible y tener un humor de los mil demonios pero mi hermano siempre estaba ahí para hacerme sentir menos diferente.

Porque si, se que soy diferente y siempre lo he sabido. Un niño normal de 7 años jugaría con su pajarito mascota. Yo le di de comer media pastilla para dormir y le corté las alas.

¿Porque lo hize? Esa es una pregunta que me he hecho los últimos seis años, una que a mí criterio no tiene respuesta.

Tres minutos con 17 segundos

Fue el tiempo que piolín tardo en despertar debido al dolor. «menos mal le tape el pico» el pájaro empezó a querer morder todo lo que conseguía y se retorcía, recuerdo haberle puesto un pañuelo en el pico y hacerle un nudo para que no chillara.

Dejo de pensar en eso porque se que me hace mal. Desde que tuve la capacidad de comprender que lo que hacía no era normal he estado batallando contra mis deseos pero satisfaciendo los al mismo tiempo. Todo en mi pequeña casa del bosque.

Una de las propiedades que mi padre había puesto a mi nombre y al ser mayor de edad la pude reclamar hace exactamente cuatro meses.

Remodele la casa a mí gusto, es pequeña, nada excéntrica ni extravagante, solo cómoda, por lo menos para mí.

Le vuelvo a prestar atención a Becca que por un milagro ha dejado de reír al igual que yo y me preparo para ganar confianza.

— Como era vivir en Chicago? — le pregunto con un interés para nada fingido — debió ser lindo vivir en un lugar tan cómodo y libertino— suspiro con exagerada pena — aquí no puedes salir ni a la esquina con alguien del sexo opuesto o con mala fama por qué se entera todo el pueblo—ríe y niega con la cabeza divertida.

Amar Es Más Difícil Que MatarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora