Estrechez

Capítulo 16

Probablemente Harry estuvo sentado y meditando más tiempo del que creía, porque en algún momento Draco y el resto de sus amigos se le acercaron, sentándose a su lado.

—Entonces... —dijo Mione sonriendo—.... ¿Cómo te fue?

Harry frunció las cejas y miró a Draco, que parecía preocupado, seguramente por su silencio.

—¿Harry? ¿Qué pasó? —indagó tomando su mano.

Harry siguió mirando a Draco con los labios firmemente sellados, pensando en si el sentimiento egoísta de no querer dejar ir a su mejor amigo, la relación extraña que tenían, estaba bien, o si por el contrario era asqueroso. Draco obviamente no quería seguir con esto, y Harry no debería quererlo tampoco, pero lo hacía. Él quería seguir follándose al rubio y seguir siendo el centro de su mundo después de ello, pero no quería perder su amistad tampoco.

¿Qué tan jodido era todo?

—Uhm, no responde —murmuró Cedric con las cejas alzadas—. Metámosle ese pitillo en el culo a ver si reacciona —dijo levantando el objeto del suelo.

—Yo iba a sugerir que Draco le diera un beso —habló la castaña.

—Prefiero mi idea —dijo el contrario molesto.

—Yo prefiero que dejen de sugerir locuras como si yo no pudiera escucharlos —gruñó el ojiverde rodando los ojos.

Los tres lo miraron sorprendidos, como si de verdad hubieran considerado que se había quedado sordo.

—¡Hola, Harry! —exclamó el otro agitando su mano con alegría—. Cuéntanos. ¿Qué tal? ¿Si rompiste con ella? Te vimos dándole un abrazo.

—Sí rompimos —farfulló, jugando con los dedos de Draco, que seguían cubriendo su mano.

—¿En buenos términos? —consultó Hermione.

Harry hizo una mueca, asintiendo con la cabeza.

—Sí.

—No luces muy animado —señaló ella, entornando los ojos—. ¿Acaso algo salió mal? ¿Ginny... dijo algo sobre ti?

—No quiero hablar de eso, Mione —resopló, echando la cabeza hacia atrás con cansancio. La cantidad de pensamientos que cruzaban su mente parecían sumamente pesados—. Solo diré que quedamos bien, que ella es lesbiana y resultó que ambos estábamos experimentando con el otro. Fin de la historia.

Harry pudo ver por el rabillo de su ojo que la castaña se ponía completamente pálida, que las cejas de Draco se perdían atrás de su flequillo, y... predeciblemente, Cedric parecía querer echarse a reír hasta que se le saliera el intestino. Gilipollas.

—T-Tú... ¿Estás bromeando, verdad? —balbuceó Hermione.

Harry volvió a encogerse de hombros.

—Ojalá.

—Esto deja más preguntas que respuestas, ¿no? —la voz burlona de Cedric hizo que Harry quisiera golpearlo.

—Preguntas que se quedarán así —afirmó—. No quiero incomodarla.

—¡Es que no! —Hermione chilló, luciendo horrorizada—. ¡Ginny no puede...! Ella no... ¡Ay! —se cubrió la cara con ambas manos, escandalizada.

Harry acomodó el cuello, mirándola curioso.

—¿De verdad te molesta tanto que sea lesbiana? Eso es bastante horrible, Mione.

—No es eso —se le entendió—. Yo... de haberlo sabido... hubiera sido más-

—¡Oh, Merlín jodido! —Cedric comenzó a reírse, aparentemente entendiendo lo que la bruja quería decir. Harry y Draco permanecían desconcertados—. ¿Qué hiciste? ¿Te bañaste con ella?