| ᴏ ɴ ᴄ ᴇ |

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Estaba temeroso, lo admitía.

No quería salir de su cuarto, pero ya casi eran las diez de la mañana y su estómago estaba gruñendo por la falta de alimento. La cabeza le dolía horrible, pero no se comparaba con la opresión en su interior, prácticamente había dormido apenas porqué la culpa no lo estaba dejando.

Había estado toda la noche dando vueltas, escuchando la tos proveniente del otro cuarto. Por momentos había tenido unas incontables ganas de levantarse para ir a ver a Jisung, a pesar de que éste estaba sumamente molesto con él. Lo sabía porque cuando llegaron a la casa, el mayor simplemente le dijo que se diera una ducha y luego se fuera a dormir, y Minho se quedó cómo un idiota parado al pie de la escalera, viendo los rastro de agua que iba dejando mientras subía.

Además, vio la herida en su labio y se sintió peor.

Nunca había sentido tanta culpa por algo, y de alguna forma, también le estaba doliendo.
Estúpidamente, sentía que había arruinado algo importante.

Y ahora, mientras permanecía sentado en su cama pensando que hacer, oía de fondo la tos del mayor. En otro momento no le hubiera importado, hasta estaría feliz, pero no era el caso; sentía que estaba siendo muy injusto, demasiado, y que realmente se había comportado cómo un idiota... más de lo normal.

Además, Jisung supo que estaba drogado. Demonios, él nunca había probado nada de eso, pero ya estaba ebrio cuando le ofrecieron, y estúpidamente aceptó.

Dentro suyo, admitía que odiaba haber sido visto de esa forma por el mayor. No quería que pensara mal de él.

Respiró hondo y se levantó de la cama, dispuesto a ir y disculparse... sería la primera vez que pediría perdón, y nada más que a Jisung.

Pero se dijo que debía hacerlo, que era lo correcto.

Jisung había recibido un golpe de su parte y una lluvia torrencial por cuidarlo, seguro ahora estaba con gripe por su culpa.

Salió de su cuarto, pero se congeló en medio del pasillo cuando escuchó una horrible tos nuevamente, sin embargo eso sólo hizo que tuviera más valor.
Se acercó a la puerta y su mano tembló cuando estaba por tocar, pero entonces escuchó la voz rasposa de Jisung hablar y no pudo evitar prestar atención.

¿Te molesté? Nada, sólo una gripe, no pasa nada. Te llamo porqué creo que tendrás que volver... no, nada... sólo... —Minho escuchó un suspiro cansino y no evitó pasar saliva nervioso. Era obvio que hablaba con su madre, y si le contaba lo de la fiesta, el alcohol y la droga seguro ella se volvería loca y no dudaría en enviarlo al internado sin vueltas—, olvídalo. No ha pasado nada. Perdón por molestarte... sí, no te preocupes, todo está bien. Pásala lindo, adiós.

El pelinegro se quedó estático en el lugar con la vista fija en el suelo, sintiéndose peor que antes.
Por un lado, se hubiera sentido mejor si Jisung sólo lo hubiera delatado, porque al menos estando en el internado, o en cualquier lugar donde su madre lo lleve, estaría sintiendo que estaba pagando por haber sido un mocoso idiota con el mayor. Ahora se sentía más culpable y no tenía ni idea de cómo pedir perdón, nunca tuvo que hacerlo antes porque jamás había sentido culpa, o siquiera el sentimiento de haber arruinado algo.

Malcriado.《 Hanknow 》ᵃᵈᵃᵖᵗᵃᶜᶦᵒ́ⁿWhere stories live. Discover now