EL PRODUCTO DE NUESTRA OBSESIÓN

03

Afortunadamente, Dazai no logró su objetivo aquella vez. Chūya había escapado esa misma noche con Ryū y Atsushi, y encontró un hogar en casa de un hombre cinco años mayor que él llamado Oda Sakunosuke, quien lo sigue ayudando.

— ¡Mami, llegashte!

Dijo Atsushi con entusiasmo, de ya dos años de edad igual que su hermano. Se acercó a la puerta a abrazar a Chūya con cariño, celebrando su llegada.

— ¡Mami! ¿Qué me tajishte?

Cuestionó Ryū, acercándose a ellos.

Oda sonreía por la acción de los niños.

Ahora Chūya tenía casi dieciocho años, y Odasaku veintitrés. El menor trabajaba en un restaurante siendo mesero, al mismo tiempo que estudiaba después del trabajo para convertirse en profesor. Oda, por su parte, era un famoso escritor que trabajaba desde casa, enviando su trabajo a la editorial, y teniendo tiempo para cuidar a los pequeños niños de Chūya.

— Ryū, Atsushi, hoy les traigo esto a cada uno.

Se puso a la altura de ambos, y les entregó una sonaja con luces a cada uno bastante llamativa.
Los niños estaban ilusionados y empezaron a agitarla con diversión. Sonreían.

— Chūya-kun, ¿qué tal el trabajo y las clases hoy? Esta vez, ¿no fue Dazai a molestarte?

Preguntó preocupado. Chūya se levantó y abrazó al mayor con ternura, recargando su cabeza en el pecho del más alto, negando con la cabeza. Oda se sonrojó.

— No. Dazai... Por mí, no lo vuelvo a ver jamás.

Respondió Chūya serio.

Oda sintió cómo alguien jalaba de la parte inferior de su pantalón, volteó hacia abajo, separándose del abrazo y besando con rapidez la frente de Chūya.

— Papi...

Llamó Atsushi, estirando uno de sus bracitos con una hoja con dibujo familiar.

— Pada tí.

Dijo con una sonrisa. Oda se puso a su altura y palmeó su cabeza y la de Ryū con cariño.

— Muchas gracias. Son unos maravillosos artistas.

Elogió.

Atsushi y Ryūnosuke se sonrieron entre sí y abrazaron a Oda uno por cada lado.

— ¡Abasho, mami ven!

Llamó el azabache entusiasmado. Chūya obedeció.

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