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Para siempre

"Una despedida es como una llamada desastrosa.
No hay tal cosa como hermosas despedidas [...]
No existen los "para siempre",
esas palabras son como un castillo de arena."
(Outro: Tear - BTS; Eight - IU)

Tengo un recuerdo en donde estoy tomando la mano de la persona que quiero mientras que nuestras lágrimas se pierden en nuestro rostro debido a la fuerte lluvia. Recuerdo abrazarla con fuerza mientras escucho su llanto y veo a la gente mirándonos como si fuéramos personas de otro mundo. Estuvimos así por varios minutos hasta que solté su mano y comencé a alejarme bajo la lluvia. Esa ha sido la despedida más de película que he tenido, pero no ha sido por la que más he llorado, no lo fue porque era más un "hasta luego" que un "adiós" para siempre. Sin embargo, esa despedida trajo sus consecuencias, todas las despedidas vienen con ellas, como si fueran un llavero. Al menos he estado trabajando en ello, pero hay otra despedida que me quebró por completo. Era mi cumpleaños, se supone que esos días se celebran con alegría, pero yo lo celebré con un adiós para la eternidad, era una despedida que no tenía retorno. Ese día lloré hasta que me quedé sin de lágrimas; ese día lloré y supliqué por que fuera un sueño. Mi playera estaba teñida de rojo mientras todo mi cuerpo temblaba y esperaba una buena respuesta que sé que nunca llegaría. Tuve que tomar una decisión que hubiera preferido no hacer. Era tratar, con la posibilidad casi nula de éxito, o dejar ir. Muchas personas hubieran tratado, sé que muchas se hubieran aferrado, pero yo ya me había aferrado a las posibilidades dos veces y sólo volvía al mismo punto de sufrimiento, cada vez peor. Así que decidí llorar un poco más y mantener los buenos recuerdos. La dejé ir y me aferré al recuerdo que, hasta ahora, me sigue haciendo llorar. Hay despedidas en las que nos quedamos sin palabras, pero que a los días fluyen con dolor; despedidas que rompen promesas, convirtiendo todo en vil mentira; despedidas que queman el alma y algunas que la liberan. En ninguna es fácil decir "adiós", pero en todas debemos saber salir adelante, aunque nadie lo hace de la misma forma. Cada quien convierte el dolor en un paso para seguir o en una pesadilla que busca repetir.

[10 de marzo 2020]
Jung Hoseok, 24 años.
Park Jimin, 22 años.
Jeon JungKook, 21 años

Hoseok fue el primero en regresar a casa. Había dejado de llorar, pero eso no evitó sentir ese gran golpe en el pecho al entrar y saber que YoonGi no estaba y ya no estaría. Quiso salir corriendo de la casa y quiso gritar a quien fuera que era injusto. Era injusto lo que le había pasado a su novio y por lo que estaba pasando. No lo merecía. Ni él ni los hermanos merecían ese dolor en sus vidas ni ese tipo de heridas incurables en el alma. ¿Por qué la vida se empeñaba en hacerlos miserables? ¿Por qué no los dejaba tranquilos? Ya habían pasado por el desprecio y abuso de sus padres, ¿porqué tenían que pasar por la pérdida insuperable de YoonGi? ¿Por qué? Hoseok no encontró las respuestas, pero se armó de valor para poder entrar a su habitación y mirar aquella escena en donde el amor de su vida decidió dejar de vivir. La observó por un largo rato, sintiendo su ser romperse mientras él se quedaba quieto, sin poder hacer algo al respecto, sin poder siquiera decirle por última vez que lo ama, que lo amaba con todo el alma y que hiciera lo que hiciera, siempre lo amaría, que él no soltaría su mano sin importar nada. Fue ahí cuando sintió una lagrima rodar por su mejilla, y luego otra hasta que se volvió una tormenta imparable.

Tras unos cuantos sollozos y súplicas por que el mayor regresara a la vida, Hoseok se dedicó a limpiar la última esencia de su novio. Al terminar, tomó un largo baño caliente y dejó que el agua cayera sobre él mientras los recuerdos de su felicidad atacaban su mente y lo cortaban como si fueran navajas sin darse cuenta que Jimin gritaba su nombre.

— Hoseok, ¿estás aquí? — preguntó Jimin, entrando a la recámara del mayor.

No había nadie. La cama ya estaba tendida y la carta que había mencionado su hermano se encontraba sobre el buró, del lado donde YoonGi dormía. El menor se quiso acercar a tomar aquel sobre blanco con las últimas palabras de su gran amigo, pero se detuvo al ver semi abierta la puerta del baño.

Serial KillersWhere stories live. Discover now