Flourescent Adolescent

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En un bar ubicado en el centro de Roma, Italia, se encontraba un joven de cabello celeste, estatura baja y cuerpo delgado, ojos del mismo color azul y una expresión neutra en su cara, casi parecía aburrimiento ¿la razón? Bueno, eso es simple, estaba contemplando como su mejor amigo se besaba con la persona que le gustaba, así es, estaba enamorado de Kise Ryouta, cuyos labios estaban pegados a los de su mejor amigo, Aomine Daiki. Estaba decepcionado, pero ya se lo esperaba, presentía que a su amigo le gustaba Kise, misma razón por la cual nunca expresó sus sentimientos pero joder, dolía, dolía su corazón y también su cartera, vino hasta maldita Roma para que le partieran el corazón.

Suspiro cansado y tomo un sorbo de su copa de vino, no quería emborracharse hoy, si lo hacía era muy probable que su más grande secreto se revelara. Sintió que alguien se sentaba a su lado pero no le tomo importancia, la barra no era solo de él, continuo viendo como sus personas más preciadas rebosaban de felicidad mientras bailaban con más cercanía de la necesaria.

-Ciao, bello- Escuchó a alguien decir, no era el mejor en el italiano pero podía entender eso, giró su cabeza y se encontró con un par de ojos hipnotizantes, uno de color rojo carmesí y otro naranja, el cual debido a la luz, parecía oro, algún otro día se interesaría, pero Justo ahora solo quería que la tierra lo tragara. -Vaffanculo- Respondió y posó su vista de nuevo en la pareja. -Oh vamos, me lastimas- Volteó a ver al hombre de cabello rojo de nuevo, el cual estaba fingiendo una expresión de dolor, simplemente lo ignoro. -¿Por que esa carita?- Pregunto el desconocido, harto, giro una vez más. -Esos de allá- señaló -Si, el rubio y el de cabello azul marino? Bueno, acabo de ver como mi mejor amigo le come la boca a la persona que me gusta- ya con varios tragos encima, contesto honestamente.

El hombre vio a Aomine por unos segundos hasta que empezó a analizar a la persona frente a el, este, abochornado por la mirada intensa dirigida hacia su persona, decidió solo darle otro trago a su bebida -¿Enserio? Vaya, es extraño...eres la persona más angelical que he visto; supongo que no todos podemos tener buenos gustos- dijo después de unos segundos, el peliceleste casi se rompe el cuello girando a verlo, esperando encontrar alguna risa o mueca pervertida, en su lugar, encontró nada, estaba siendo completamente honesto.

-Gracias...tú también eres bastante apuesto- comentó con un leve sonrojo en sus mejillas para después desviar la mirada, el pelirrojo aprovechó este momento para mover su silla más cerca a aquel ángel sin que esté se diera cuenta. Con su mano tomó suavemente la barbilla de aquella hermosura y giró su cabeza, podían sentir la respiración del otro -¿Oh...de verdad?- pregunto pícaramente. El de ojos celestes vio hacia dónde iba esto, y por tanto que hacía que sus rodillas dejaran de funcionar, no iba a alimentar el ego de aquel hombre. El pelirrojo espero con ansias el color rosa en la cara del Ángel, pero nunca llego, eso en vez de desanimarlo, solo lo interesó más.

Se alejó un poco más del hombre y suspirando, siguió viendo aquella escena y su corazón partiéndose, mientras que el pedazo de hombre sentado junto a el contemplaba su belleza, y con algo de celos veía como un ser tan hermoso podía sufrir por alguien tan simple. Después de un tiempo, vio como la pareja venía a donde estaba el -Véte, mis amigos ya vienen- dijo, en realidad no quería que se fuera, no era de su agrado pero era mejor que estar teniendo que aguantar las ganas de llorar. -Bésame- Ordenó el pelirrojo -...¿Disculpa?- pregunto extrañado -Bésame, será entretenido ver sus caras, y descubrirás si en verdad le gusta tu amigo o le gustas tu, y si es así, será aun más divertido verlo pensar que lo acabas de rechazar- explico rápidamente, dejándolo sin palabras, no sabia que decir, y antes de que pudiera contestar, sentía una respiración que no era de el en sus labios.

-¿Han tocado estos labios unos ajenos?- pregunto en voz baja y seductora, un poco apenado, negó con la cabeza, el pelirrojo sonrió satisfecho y finalmente junto sus labios, eran suaves, literalmente de seda, no sabía si era por las bebidas que había tomado en el transcurso de la noche, pero no quería romper ese beso jamás, era lento y suave, como si el pelirrojo tuviera miedo de que al primer error escaparía, sus mentes se nublaron, olvidando completamente el motivo por el cual se estaban besando.

Siguieron por unos segundos hasta que... -K-Kurokocchi?!?!- cuestionó exaltado cierto rubio, sin embargo, a Kuroko le tenia sin cuidado todo lo demás, solo quería seguir viendo a los ojos del hombre frente a el -¿Como te llamas?- pregunto levemente, un poco aturdido por lo que acababa de pasar -Akashi Seijuuro...¿Tu?- pregunto en el mismo estado -Kuroko Tetsuya...- respondió en un susurro.

-Um ¿hola? Seguimos aquí, ¿Que esta pasando?- pregunto groseramente el chico de cabello azul marino -No creo que eso sea de tu incumbencia- Akashi le dirigió una mirada fría, al otro se le pusieron los pelos de punta pero no iba dejar intimidarse -¿Que mierda? Claro que lo es, el es nuestro amigo- contesto, mientras todo esto pasaba, Kuroko alcanzó a ver una mirada de tristeza y rencor de parte de Kise, casi parecían celos, casi. No sabía como sentirse y su cabeza era un desastre.

-Aomine, Kise, ¿Ya se quieren ir al hotel o irán a otro lugar?- interrumpió de la nada Kuroko -Planeábamos ir a otra parte por eso vinimos contigo pero...no me da confianza dejarte con el- contesto, dirigiendo una mirada de puro odio hacia el pelirrojo -A mi si me da confianza, así que si nos disculpan, nos vamos retirando- Dándose cuenta que no planeaban llevarlo con ellos, solo le avisarían que ellos se irían, sacando un par de billetes y dejándolos abajo de su bebida sin terminar, tomo la mano de Akashi ignorando las quejas de sus amigos, pudo ver una expresión de sorpresa y cierta felicidad en el rostro de aquel sujeto encantador.

Una vez afuera del establecimiento, se quedaron en silencio, pero sin soltar la mano del otro, Akashi predijo que la pareja los seguiría, así que, jalando del brazo al pobre de Kuroko, quien casi sale volando debido a la fuerza, paro a un taxi y le dijo que empezara a manejar, de pronto, escuchó unas pequeñas carcajadas junto a él, lo miro con una mirada interrogatoria -Me...me acabo de ir de un bar en Roma, dejando a mi mejor amigo y a la persona que me gusta, para irme con un desconocido al cual acabo de besar y para rematar, solo se su nombre- explicó algo más calmado, Akashi paro por un momento y empezó a reír también, ahora que lo decía en voz alta si era algo intenso.

-Ajem...- aclaró su garganta el conductor, cierto, estaban en un taxi -Lamentó interrumpirlos caballeros pero ¿a donde desean ir?- pregunto algo apenado, Kuroko miro a Akashi como diciéndole que contestara -Yo vivo aqui, vamos a tu hotel- dijo en un susurro -Al hotel "imperatore" por favor- contesto con una sonrisa y se recargó en el asiento, sin notar la sonrisa juguetona en la cara de su acompañante.





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Do me a favour || AkakuroWhere stories live. Discover now