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¡Hey niños! Espero que estén listos para leer las grandes obras del sabio de los sapos, ¡el maestro Jiraiya!
Se me dio la noticia que la alianza shinobi traería una nueva sección centrada en la escritura y claramente la invitación a alguien tan bueno, habilidoso y exitoso como yo con tantas obras best seller no podía faltar. Es por eso que estoy aquí, ¡no puedo defraudar a mis fans!
Como ya deben de saber, la literatura es algo que me apasiona y adoro pero como todo gran genio, hay cosas que no me permito a mí mismo y de las cuales no disfruto escribir. No escribo sobre casos delicados (pedofilia, incesto, violaciones) ni tampoco literatura erótica explícita (lemon explicito) por lo que les advierto que no tomaré su pedido si desean leer algo de esto. Fuera de estos temas, puedo escribir lo que sea.
¡Esperaré ansioso sus pedidos!
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❁꫶ཻུ۪۪᭭⃟ ⃟⸙͎➦ "Nunca seré capaz de cambiar aquellos pensamientos y sentimientos que sientes acerca de mí y eso me genera una gran... desesperación."
Había dos diferentes escenarios desarrollándose en Konoha de los cuales una muy relacionada pareja era protagonista.
Por un lado, Haruka no dejaba de pensar una y otra vez sobre lo mal que se sentía acerca de su propio presente y se torturaba pensando en soluciones inexistentes para este, tratando de consolarse a sí misma en busca de un escape...
En cambio el de cabellos de plata ahora mismo se encontraba sentado en una de las bancas del parque de Konoha leyendo como por milésima vez su libro favorito, con un carácter indiferente y tranquilo como con el que siempre solía vivir, sin preocupación alguna.
La castaña de coletas, la primera mencionada, vagaba por toda la aldea en busca del segundo que para nada trataba de esconderse y nunca había sido su intención, mientras ella andaba con nervios y tristeza carcomiendo poco a poco todo su ser con cada paso que daba.
En su cabeza, la decisión que había tomado, de alguna u otra forma, la hería más que cualquier cosa podría hacerlo en ese momento pero estaba más que convencida que de ninguna manera había vuelta atrás, aunque quisiera mentirse a sí misma que aún había tiempo de buscar una solución. Ya se había convencido hace mucho tiempo de que esto iba a ser lo mejor para su vida y su camino, pero ahora que tenía el arma en su mano, le atemorizaba apretar el gatillo y se resbalaba de sus dubitativas manos aquella herramienta mortal.
