Capitulo 4

895 77 0
                                    

Camila pov

Al día siguiente al despertar fui directo al baño y me duché, no había cambio de ropa porque aún seguía teniendo la misma ropa.

Segundos después de terminar de vestirme el mismo hombre de siempre entró a la habitación con la usual bandeja.

Esta vez no le pregunté nada y simplemente vi como se marchaba, él parecía un robot programado para hacer lo mismo de siempre sin mirarme si quiera, y solo me dirige la palabra cuando le pregunto algo, a lo que responde cortante.

Ya no tenía ánimos de preguntarle nada por más preguntas que tuviera en la cabeza.

Quizás aparento que estoy tranquila y despreocupada, pero no es así, quiero irme de aquí, estoy desesperada y la ansiedad cada vez se hace más fuerte.

Doy vueltas alrededor de la habitación durante mucho minutos hasta que unos disparos captan mi atención, de inmediato me entra un pánico terrible a mi cuerpo. Me acerco rápidamente a la ventana para ver qué pasa.

No era algo del otro mundo, frente a mi estaba aquella mujer que vi anoche, con una pistola en la mano disparando a diversos objetivos esparcidos en una gran mesa de madera vieja.

Aquella mujer seguía apuntando con la pistola, su larga melena cayendo en cascada por sus hombros y espalda. Otra vez llevaba su oscura ropa, ella es muy Dark.

En ningún momento subió o bajó la mirada, ella seguía con la mirada al frente y una postura rígida.
Los dos hombres jóvenes con la cual la había visto la noche anterior les estaban hablando entre risas.

Cuando ella dejó de apuntar con el arma y se la entregó a uno de los muchachos ella se paró de espaldas a mi dirección y lentamente subió la cabeza para respirar el aire frío, tenía los ojos cerrados pero pude ver su rostro, su piel es blanca, tan blanca como la de un vampiro y su nariz es fina por lo que alcancé a ver.

Ella abrió los ojos, los giró hasta chocar conmigo y se quedó mirándome por unos cortos segundos.

Mi piel se erizó al sentir su mirada en la mía.

Ella se incorporó a una posición normal y en un rápido movimiento se giró hasta estar frente a mi y volvió a mirarme, por unos cortos segundos y luego apartó la mirada para después marcharse.

Que acaba de pasar?

Quien es ella?

Lo cierto es que ella es sumamente atractiva.

La puerta de la habitación donde me encontraba se abrió, revelando al mismo hombre.

-Ven conmigo. Saldrás a tomar aire- Me dijo con su acento ruso.

Por el momento estaba feliz de que eso sucediera, no me haría mal respirar aire fresco.

-No intentes nada o te irá muy mal- Me advirtió. Asentí sin decir nada más.

Él no me amarró ni nada por el estilo, lo seguí en silencio pasando por innumerables pasillos y puertas, bajamos escaleras y doblábamos a otros pasillos hasta salir afuera.

Contemplé todo el panorama cuando estuve fuera, el día estaba nublado y húmedo pero el aire estaba fresco y frío. No tenía abrigo para el aire frío pero tampoco sentía tanto frío, para mi la temperatura estaba perfecta.

Caminé con él hasta llegar a unos bancos para sentarse, a un lado estaba la entrada del bosque y muchos árboles de pino estaban a la vista.

No pude evitar pensar que es algo lindo el ambiente.

No era la única mujer secuestrada en el lugar, habían alrededor de ocho mujeres más, todas en un mismo sitio, a diferencia de mi, ellas si se veían temerosas, llorosas y preocupadas con lo que les podría llegar a pasar.

La Mafia Rusa Where stories live. Discover now