Capitulo 44

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Lauren pov

La preocupación me invadió al ver caer a Camila al suelo en la fiesta, todo el mundo soltó un grito de horror. Sostuve su cuerpo inconsciente con el corazón acelerado.

-Camila, abre los ojos- Golpeé su rostro varias veces buscando alguna respuesta de su parte, o por lo menos un movimiento.

La tomé en brazos y la llevé a una silla.

-Dinah trae agua y alcohol- Mis manos temblaban, me estaba poniendo histérica.

Tenía pulso que es lo importante, pero no dejaba de sentirme tan preocupada y ansiosa.

-Por qué no me dijeron que estaba así?- Prácticamente le grité a todos a mi alrededor.

-Cálmate Lauren, al parecer solo Dinah y Camila sabían de ésto- Justin alentó.

-Yo lo sabía también, pero no me preocupé porque ella aseguró que eso era por toda la emoción de la boda o algo que había comido.-

En ese instante sentí a Camila moverse y abrir sus ojos.

-Mi amor, cómo te sientes?- Pregunté sujetando sus manos.

Ella no respondió, solo se abrazó a mi cuerpo, sus dedos aferrándose a mi saco.

En ese momento Dinah llegó con lo que le había pedido.

Acerqué el vaso de agua a sus labios.

-Toma, bebe un poco de agua-

Ella bebió del líquido.

-Cómo te sientes?- Pregunté apartando un mechón de su alborotado pelo.

Dinah le acercó el alcohol para que el fuerte olor entrara por sus fosas nasales.

-Lo mejor sería que te la lleves a casa, yo me encargo de los invitados- Miré a mi padre quien tenía una sonrisa comprensiva.

Hice lo que mi padre me había dicho, salí de la fiesta con una débil Camila en mis brazos, le indiqué al chófer que me llevara a casa, en el camino Camila se había dormido.

Me pregunto, qué tan mal le pudo caer un alimento para que se pusiera así?

****

-Aún sigo creyendo que pudimos haber pospuesto la luna de miel, no estás del todo bien-

Estábamos de camino al hotel, hace una media hora habíamos aterrizado en Dubai. Camila iba mirando por la ventana maravillada.

Traté de convencerla una y otra vez de que era mejor quedarnos y que visitara un médico, pero se negó rotundamente alegando que ya estaba bien y que solo eran unos simples malestares.

-Te dije que estoy bien Laur, solo fue la comida que me cayó mal. Ni siquiera he vuelto a sentir náuseas- Ella me miró con una tierna sonrisa.

Acerqué a Camila a mi cuerpo y la abracé.

Poco después llegamos al hotel, solo bastó decir mi nombre para que me entregaran la llave y el número de habitación sin hacerme esperar ni siquiera un minuto, uno de los empleados se adelantó con el equipaje.

-Antes de subir quieres algo?- Le pregunté a Camila quién había estado en silencio y con una postura tímida, como cuando alguien está en un lugar completamente nuevo.

Y es que está en un lugar nuevo.

-Me apetece algo dulce...- Se quedó pensativa. -Un helado de fresa estaría perfecto-

Me dirigí a uno de los tantos restaurantes que habían en el hotel y pedí un helado para Camila. Al recibirlo ella se veía contenta y lo comió todo sin reflejo nauseabundos.

La Mafia Rusa Where stories live. Discover now