Capítulo 2

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Llamé incontable de veces a Silvana para que pudiéramos hablar, pero ella no contestó su teléfono. Intenté no rendirme, pero cuándo se hizo claro que no iba a responder, tuve que desistir de seguir contactando con ella.

Decidí que lo mejor era llegar a casa y relajarme con mi esposo. Lo último que deseaba era arruinar mi fin de semana por una discusión con mi hermana.

Estaba pensando en lo feliz que se iba poner Samuel cuándo me observará entrar por la puerta de nuestra casa, cuando recordé que en los fines de semana le gustaba probar algún postre. Decidí primero ir a "Delicias María" para llevarle algún postre de chocolate. Los muffins eran una delicia que siempre lo tenía pidiendo más. Así que, con entusiasmo, tomé el desvío que me llevaría a su pastelería favorita. Una que estaba cerca de mi trabajo.

La escuela "Niños héroes de Chapultepec". Podía decir que, aunque no era buen salario porque estaba iniciando en el camino de la enseñanza, la verdad es que podía decir que era afortunada por tener un trabajo. Eso era lo importante.

A Samuel no le había gustado la idea, sin embargo, conforme los gastos de ambos empezaron afectar su economía, habíamos tenido que tomar la decisión de que tenía que salir a buscar un trabajo para mí. Tres meses de búsqueda incesante, al fin dieron sus frutos y me había colocado como maestra suplente. No había sido mucho, pero había sido un inicio y al final de cuatro meses, me dieron la oportunidad de tener una plaza en una escuela pública.

Podía decir que estaba feliz. Incluso decir que tenía una vida perfecta.

«Por eso, Samuel, merecía que lo consintiera. Pues estaba segura que, sin su apoyo, no había podido animarme a salir de la burbuja en que vivía»

Quince minutos después, un paquete rosa en mis manos estaba siendo transportado a mi coche. En el interior de la caja, había seis muffins de chocolate. Cada uno listo para comerlos tan pronto Samuel decidiera devorarlos.

«Era un glotón», pensé divertida mientras iba a mi coche.

Dejé la caja segura en el asiento de copiloto y me dirigí a mi casa. Sin embargo, mientras iba camino hacia allá, observé que el tiempo empezaba a deteriorarse. Por las nubes oscuras, era muy seguro que una tormenta se avecinaba.

Encendí el radio del auto para buscar alguna información sobre una posible tormenta, pero no había nada. Simplemente era una lluvia común.

Relajada, seguí conduciendo a mi casa.

Al termino de veinte minutos, sentí el aire más pesado y los mechones de mi cabello suelto empezaron a golpear con fuerza mi rostro. Intenté acomodarlo, pero al observar que era una tarea imposible, decidí dejarlos cómo estaban. Tomé el paquete de los muffins y me dirigí a la puerta con prisas. Mirando constantemente hacía arriba para observar que la lluvia que se avecinaba no me cayera encima de mí.

Coloqué la llave en la abertura de la cerradura y con un giro suave, abrí la puerta. Al sentir las gotas en la parte trasera de mi cuello, sonreí aliviada por entrar a tiempo a mi casa.

Respiré hondo mientras intentaba hacer maniobras con el paquete de muffins y observé que la sala se encontraba vacía. «Qué extraño» Aunque no me alarme, tal vez había salido a comprar o estaba durmiendo en el cuarto. Últimamente Samuel había estado tan estresado que siempre se encontraba de malhumor, a excepción del día anterior, aunque sabiendo lo estresante que era trabajar en una de las empresas más importantes de la ciudad, suponía que no podía decirle nada.

«Por fortuna, ya estaba yo para cambiar su humor sombrío», pensé de forma traviesa cuando estaba por cerrar la puerta e ir en busca de mi esposo.

—¡Oh si, continua así! —gimió una voz femenina.

DULCE VENGANZA(+18)(MUESTRA WATTPAD)Where stories live. Discover now