Capítulo 3

777 86 42
                                    


En su lecho de muerte, mi padre con una sonrisa le había dicho una simple frase a Silvana:

"Nunca dejes que nadie te robé un «juguete» que amas"

Era un buen consejo para mi hermana por una anécdota del pasado, pero a mi padre se le olvidó decir que debía de hacer si dicho "juguete" no quería que jugar con una de sus hijas, sino que quería «jugar» con otra. ¿Eso significaba que debía de conseguir otro «juguete?», esa era la pregunta que rondaba en mi mente cuando el hombre con gesto divertido me miró fijamente.

Le devolví la mirada.

—¿Piensas hablar en algún momento? —cuestionó el hombre al mismo tiempo que quitaba la sonrisa de su rostro—, ¿o continuarás mirándome de forma descarada?

Pude sentir la mirada de las personas que nos rodeaban mientras el comentario del hombre enfrente de mí se asentaba en mi mente. Varios segundos pasaron, y de alguna manera, me sentí furiosa. Estaba cansada de que todos creyeran que podían decirme algún comentario malicioso y que no podía decirles nada de vuelta. Como si tuvieran derecho de incomodarme. De hacerme menos.

Protesté a eso.

Me acerqué al hombre.

—Dime algo, guapo—murmuré cerca de su rostro—, ¿te molesta que una mujer sea directa como tú?

No sabía si eran por los tequilas que me había tomado anteriormente, pero en ese momento me parecía racional atacar verbalmente a un hombre completamente desconocido. Mi padre decía que tendía a cambiar mi carácter suave a uno más brusco cuando tomaba ese líquido fuerte. Por eso cuando él vivía, le había gustado que siempre lo acompañará en sus momentos de "relajación".

Decía que tendía a ser más «honesta», y eso le gustaba mucho. Pues disfrutaba ver a su hija de carácter fuerte en vez de la pobre imitación de Silvana. Sin embargo, conforme mi padre se fue de este mundo, esa mujer con carácter «salvaje», como Samuel había dicho una vez, se había estado escondiendo para no verse más.

Hasta ahora.

El rostro del hombre enfrente de mí, no se alteró por mi anterior comentario. Al contrario, parecía interesado por mi arranque de "salvajismo".

—Eso es correcto—respondió al fin con tono sombrío—, pero tengo una pregunta: ¿Está misma pasión también la usas en otros ámbitos?

Su insinuación me hubiera hecho enojar en otra época, pero en este momento no era así. Esta vez, quería ver que tanto podía llegar mi atrevimiento con este hombre.

—Puede ser...—respondí. Ambos nos miramos.

No sabía que estaba pasando por su mente, pero esa mirada intensa no se desvió en ningún segundo de la mía. La gente a nuestro alrededor empezó a murmurar y sentí como mi determinación se iba acabando poco a poco y de alguna manera, las inseguridades empezaban a emerger, pero antes de que eso sucediera, una voz a nuestra derecha, hizo que esté hombre con aspecto afrodisiaco dejará de mirarme.

—Kyle, ¿te irás o piensas quedarte a esté lugar?

Miré al recién llegado cuando escuché la manera en que dijo «lugar», pues lo hizo sonar como si fuera algo desagradable de pronunciar. Como si esté hotel no estuviera en su categoría. Su aspecto era una versión lejana y mayor que del hombre que había estado hablando hace unos minutos. Algunas canas se podían ver en su cabello rubio cenizo. Solo que esté hombre tenía su rostro tan arrugado que parecía nunca sonreír por nada. Al contrario, parecía siempre tener ese aspecto amargo en su rostro.

Lo odié al instante.

Él parecía sentir lo mismo hacía mi persona porque me vio de manera despectiva. Incluso le dio un repaso visual a mi cuerpo y quise tirarle el tequila que aun sostenía en mi mano en su rostro asqueroso.

DULCE VENGANZA(+18)(MUESTRA WATTPAD)Where stories live. Discover now