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—Yo se que no debo entrometerme en su vida...pero no creo que eso sea sano.—Dijo la castaña.

La situación es, ella necesitaba hablar con alguien mayor que conociera perfectamente al pelinegro. Quien más que Cass Hamada.

—No, ni yo linda.—Dió un suspiro. Ella nunca se había entrometido en la vida de Hiro, pero desde que cumplió dieciséis las cosas se habían vuelto complicadas.

Era más en su vida social más que nada, pero le preocupaba que cayera en malas influencias, el pelinegro no era muy bueno socializando.

—Te prometo que hablaré con el, puedes subir. El estaba jugando en su computadora.—Le sonrió dulcemente, la castaña asintió y subió al cuarto.

Mal momento.

Entró Justo cuando el pelinegro se estaba quitando su sudadera, y casualmente no llevaba su clásica camisa roja abajo. Ella quedó paralizada mientras sentía el calor subir a sus mejillas.

Su mirada inconscientemente bajo a su abdomen. Sacudió su cabeza y tapó sus ojos con sus manos.

—Si querías verme sin camisa, me lo hubieras pedido.—Dijo con una sonrisa ladeada.

—¿Podrías p-ponerte una camisa, Hiro?—Dijo con un hilo de voz.

—¿Y si no quiero?—Dijo mientras se cruzaba de brazos.

—Tu tía está abajo.—

—Cass no entra a mi cuarto si hay visitas.—Y ahí supo qué tal vez ella debía salir corriendo o quitarse las manos de los ojos y enfrentarlo.

No es como si nunca hubieran ido a alguna playa o alberca juntos, el problema era que el peli negro siempre usaba camisa incluso para meterse a la playa.

No supo que hacer cuando sintió al menor de los Hamadas demasiado cerca, pasó saliva con dificultad. Quitó lentamente sus manos.

Oh, mierda.

Hiro estaba literalmente parado en frente de ella. Pero muy muy cerca. Sintió que el aire le faltaba y sus manos comenzaban a sudar. No pudo ni reaccionar cuando el Hamada la tomo de lo brazos y la acorraló en la pared más cercana. Pero no hacía nada.

Solo se miraban fijamente como si sus vidas dependieran de ello. El mencionado se acercó peligrosamente a su oído.

—Es divertido ponerte nerviosa.—Dijo en un susurro.

Ella no podía hablar del nerviosismo que estaba sintiendo en ese momento. Su cuerpo no funcionaba, quería correr o gritar. Pero simplemente su cuerpo no le obedecía. Cuando se calmo un poco al fin habló.

—Si tú tía sube, y nos ve así...—la interrumpió.

—A la mierda, que lo haga.—Jadeó.

Se acercó a su cara, haciendo que sus labios rozaron.

Sus corazones latían desenfrenadamente, el deseo de besarse era enorme. Parecía que ambos ignoraban el hecho de que Cass estaba a tan solo unas escaleras de ellos. Pero, al demonio. Ella desde hace años deseaba besarlo, y estar con el, ir tomados de las manos. Pero ahora literalmente estaba a su disposición, podrían besarse y pretender que nada paso. De nuevo.

O...podrían hablarlo. Pero todos estamos seguros de qué tal vez hagan la opción uno.

Y ahí fue cuando ambos mandaron a la mierda todo. Hiro pegó sus labios con los de su mejor amiga. La castaña al principio se quedó estática, sin saber que hacer.

Pero debido a la situación, cedió. Cerró sus ojos y enredó sus dedos en el cabello del peli negro. Se dejó guiar por los movimientos de la boca del Hamada. El mencionado enredó sus manos en su cintura.

Ella se sentía a punto de desmayarse. Sus piernas en cualquier momento dejarían de funcionarle y se caería. Sentían como si sus labios estuvieran hechos para el otro, era un sentimiento nuevo.

Hiro jamás había sentido eso cuando besaba a Violetta.

Todo fue muy rápido desde que el Hamada la tomó por sus piernas y las enrolló alrededor de su cintura. Caminó con dificultad a la cama con ella en brazos. La dejó lentamente en ella. Separaron sus bocas por falta de aire, la adrenalina del momento no los hacía pensar con claridad.

Volvieron a unir sus bocas con desesperación, el peli-negro descendió sus besos por la mandíbula de la chica, seguidamente por su cuello, chupó en cada rincón que encontró. Dejó una marca que seguramente se volvería morada. Claramente.

Los jadeos de la castaña lo incitaban a continuar. Cuando estuvo a punto de retirarle a Cooper su primera prenda, unos pasos en las escaleras los hicieron detenerse. Hiro se cayó de la cama, la menor de los Cooper arregló su cabello y sacó rápidamente su celular como si eso es lo que había estado haciendo.

—______, cielo. Tú madre está aquí.—Dijo, pero frunció el ceño cuando vio a su sobrino en el piso sin camisa.—Hiro, ¿que haces en el suelo?—

El peli-negro se asustó y miró a Cooper en busca de ayuda. Esta contuvo una risa y tapó su boca.

—Ah...no. Yo...estaba buscando mi sudadera. T-Tomé una siesta y así.—Dijo muy rápido que casi su tía no comprendió.

—Claro..—dijo con cierta extrañeza en su voz.—Los espero abajo chicos.—

Tan pronto como Cass dejó el cuarto, el ambiente se tornó algo pesado. Ambos tratando de procesar a lo que pudieron llegar si Cass no intervenía. Y como siempre lo hacían, olvidarían que casi follan en la cama del peli-negro y seguirían siendo los mejores amigos que siempre han sido.

—Cooper..—Dijo tratando de acercarse a ella. ______ solo le dió una sonrisa débil y bajó con rapidez a la cafetería.


Y Hiro supo que la había cagado.












¿Creyeron que iban a hacer el mete y saca? Ja, pues no.






No aún🏃‍♀️


JAJSISN, este capítulo se me ocurrió de la nada. Lo edité como unas cinco veces. Hasta que ya me gustó-
Fue muy repentino pero equis somos chavos. Yo no soy mucho de escribir este tipo de cosas, pero espero y haber narrado correctamente😩
Cuídense<3

•Heather• H.Hamada X TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora