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Me senté en la banca del parque central de San Fransokyo. Mis únicos pensamientos eran en lo rápido que todo había cambiado, Hiro y yo habíamos sido amigos desde hace dos años. Lo conocí pocos meses antes de lo qué pasó con su hermano. Aunque De una forma curiosa diría yo...

Flashback
(Aquí ambos tendrían catorce años)

Mi madre y yo estábamos saliendo del súper mercado, ya que literalmente en nuestro refrigerador no quedaba nada de comida.

Pasamos al lado de un poste de luz, no le tomé mucha importancia, pero al ver de reojo vi unas palabras que resaltaban: Se Busca.
Inmediatamente miré la foto. Era una foto de un gatito, blanco con naranja.

Al parecer su nombre era Mochi. Estaba perdido y los dueños habían puesto su teléfono abajo de la imagen por si alguien lo veía. Hice una mueca, como odiaba que los animalitos quedaran en la calle y jamás volvieran a ver a sus dueños.

—Es una pena.—Susurró mi mamá. Amamos a los animales, pero no tenemos el dinero ni la casa adecuada para tener uno.

Saqué mi teléfono y le tomé una foto, solo por si acaso.

A medio camino algo llamó mi atención, en el parque pude divisar la figura de un gato jugando con una mariposa.

—Mamá, mira.—apunté al gato.

—Es el gato del anuncio, ¿verdad?—Asentí, no muy segura. Le hice una señal para que viniera conmigo pero me respondió que ahí me esperaría.

Corrí hasta el parque, antes de llegar con el gato, suavice mis pasos. Ya que podría asustarlo. Hice un sonido con mi boca para llamarlo, este giró su mirada hacía mi. Le acerque mi mano para que la oliera, maulló y se restregó contra ella.

Comencé a acariciarlo, era tan lindo y suave.

—Hey...—murmuré.—Tus dueños están muy preocupados por ti.—

Con cuidado lo cargué, este solo se acomodó en mis brazos y comenzó a ronronear. Camine hasta llegar a mi mamá y sonrió.

—Dios, que lindo es.—dijo y acarició su cabeza.—Deberíamos llamar a los dueños.—Asentí, mi mamá sacó su teléfono y yo le dicte el número de teléfono.

—Hola, habla Alice Cooper, quería informarle que mi hija y yo encontramos a su gato...—Me volteó a ver esperando una respuesta. Susurre un "Mochi"—Mochi.—

Al final la señora que contesto el teléfono le dio su dirección a mi mamá. Y vaya sorpresa, era el Lucky Cat Cafe. Dios como amo ese café.

Al llegar la campana de la puerta sonó, una señora no mayor de unos treinta. Dirigió su mirada a nosotras. Una sonrisa no tardó en aparecer en sus labios.

—¿Alice Cooper?—dijo con un tono algo ilusionado. La mujer me transmitía un Aura muy linda. Mi madre asintió y luego dirigió su mirada a mi.—De verdad muchas gracias por encontrarlo. Mi sobrino y yo estábamos muy preocupados.

—No hay de que.—dije con una sonrisa. Le entregué al gato y este maulló una vez más.—

—Pueden quedarse a beber algo, si gustan.—Mire a mi mamá con suplica y no tuvo más remedio que aceptar.—Alli hay una me..—

—¡Tía Cass!—a pesar de todo el ruido que la gente hacía en el cafe, pude escuchar el grito de aquel chico.

Un Niño que al parecer tenía mi edad, bajó de Dios sabe donde y llegó corriendo al lado de la mujer.

—Oh, Dios santo. Creí que nunca lo encontraríamos.—Dijo cargando al mínimo y mientras le daba un beso en la frente. Dejó de ver al gato y posó su mirada en mi, sonreí. Su mejillas se pusieron rojas y apartó la mirada.

•Heather• H.Hamada X TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora