El regreso de las Starlights

Capítulo 9

Capítulo 9

NEO MILENIO DE PLATA

-¿A bailar? –preguntaba una Sailor Star Fighter sonrojada. –Es la fiesta de cumpleaños de su hija, su esposo debe estar por aquí...

-Pues, yo no lo veo por ningún sitio... -contestó la reina Kakyu.

-Estoy con mi amada y querida esposa, Fighter... -la secundó el rey de Kinmoku, esposo de Kakyu –deberías sacarla a bailar...

-Está bien, me habéis convencido... -dijo finalmente Fighter contemplando a la reina de la Luna, quien estaba viendo dulcemente cómo su hija abría sus regalos de cumpleaños.

Fighter se acercó con actitud segura y decidida a la reina Serenity, tosió por detrás de ella para hacerle notar su presencia. Ella se giró y la vio.

-Fighter... -dijo dedicándole una de sus hermosas, encantadoras y dulces sonrisas que le caracterizaban.

-Majestad, ¿me haríais el honor de...? –empezó preguntando la líder de las Starlights.

Pero, para su desgracia, desafortunadamente, Fighter no pudo terminar la frase, pues llegó el rey Endymion justo en ese mismo momento y la música se detuvo.

-Aquí estáis... las dos cumpleañeras... -dijo Endymion.

-¡Papáaaaaaa! –exclamó la pequeña dama corriendo hacia su padre, quien venía acompañado de Sailor Plut.

Chibiusa abrazó a su padre.

-Feliz cumpleaños, mi pequeña dama... -le deseó Sailor Plut sonriéndole.

-¡Plut! –exclamó Chibiusa ahora abrazando a la nombrada.

Serenity no sabía por qué extraña sensación pero se sentía fuera de lugar al contemplar esa escena.

TOKIO, ACTUALIDAD.

"The three Lights" había vuelto a desaparecer, otra vez... nadie conocía la razón o el motivo. Nadie, excepto Usagi Tsukino y sus amigas.

TEMPLO HIKAWA

-¿Se han vuelto a ir? Es una lástima... -dijo Makoto.

-Aunque tal vez sea mejor así... -opinó Rei viendo la cara triste de Usagi.

Mina y Ami también se sentían muy mal, puesto que ellas estaban enamoradas de Yaten y Taiki o, Sailor Star Healer y Sailor Star Maker.

-Yo... voy a echar mucho de menos a Fighter... -dijo Usagi haciendo un puño con su mano y con lágrimas en sus ojos. –Pero me siento atada a mi destino...

-Usagi... -dijo Rei -pero... ¿y qué hay de Mamoru? ¿es que acaso ya...?

-No lo sé, Rei, sinceramente, ya no sé qué siento... -respondió Usagi –me siento muy confundida... siempre he querido a Mamoru, pero... -Usagi no podía dejar de llorar. –Después llegaron ellos... y Seiya...

Usagi no pudo más y cayó arrodillada en el suelo llorando desconsoladamente.

-Usagi... -la vio llorar su gatita Luna apenada.

Rei se acercó adonde estaba Usagi y se agachó hacia ella poniéndose a su altura.

Rei abrazó a Usagi.