MI NOMBRE ES AMITY NOCEDA

AMITY NOCEDA C35

AMITY NOCEDA

CAPÍTULO 35

FINAL

"Hasta el día en que nos volvamos a encontrar"

-¿Entonces, qué deciden?- Preguntó Emira sosteniendo a King.

Todo el mundo se quedó callado ahí esperando a que un milagro pasara, pero por la situación, era obvio que eso no iba a ocurrir, Edric estaba por decir algo más pero tanto Luz como Amity avanzaron hacia Emira, Amity extendió su mano y Luz su varita mágica para apuntar hacia Emira, ella sin embargo sonrió y mostró de nuevo a King, ante esto Amity bajó su mano y Luz soltó su varita, todos se quedaron boquiabiertos ante ello.

-Tú ganas...- Dijo Amity poniéndose de rodillas.

-Nos rendimos...- Agregó Luz haciendo lo mismo –Pero debes dejar que el resto de ellos se vaya- Habló Luz con mirada desafiante y Emira vio a los demás.

-Por supuesto, al final de todo, ellos no tienen importancia para mi emperador, no son más que unas moscas molestas, okey, ya las oyeron, pueden irse ahora, shu shu shu- Dijo Emira sonriendo y haciendo un ademán para que ellos se fueran mientras golpeaba el bastón que tenía contra el suelo y enredaba a Luz y Amity con cadenas.

-No...- Habló Edric y avanzó para ponerse de rodillas igual.

-No iremos a ningún lado- Mencionó Gus haciendo lo mismo.

-¿Qué están haciendo?, váyanse, ustedes no tienen que quedarse- Les replicó Luz sorprendida.

-Por favor, Boscha vete- Le pidió Amity a la chica de tres ojos al verla acercarse, pero Boscha solo se arrodilló junto a Amity y para sorpresa y sonrojo de ella le tomó la mano.

-Ya no voy a huir de lo que me asusta nunca más, me quedo contigo Amity, te seguiré si tú me guías, sin importar el final, ¿recuerdas?- Dijo Boscha sonriendo con sinceridad a pesar de la situación y Amity lloró de emoción, las palabras de su baile en el groom se repetían ahora, aún en esta situación y a pesar de todo lo que había pasado en ese poco espacio de tiempo, aún había algo por lo cual ella podía sonreír.

-Como quieran, supongo que entre más prisioneros mejor- Comentó Emira y atrapó a los demás con cadenas para llevarlos hacia donde estaba el emperador.

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ARENA DEL AQUELARRE

-Entonces, ¿esto es todo lo que la líder de mi aquelarre y la autoproclamada bruja más poderosa de las islas hirvientes pueden hacer?- Dijo Belos apareciendo frente a ellas que seguían en el suelo temblando del dolor de ese ataque anterior que recibieron –Bueno, supongo que es mi culpa por tener altas expectativas- Suspiró él de decepción y se acercó apuntándoles con su bastón.

-SORPRESA- Gritó Eda disparando un rayo de magia directo hacia el rostro de Belos e impactando casi a quemarropa contra él –Ja..., no esperabas eso... ¿cierto?- Eda se levantó apoyada en su bastón pero su cuerpo aún temblaba por los daños recibidos, Liith empezó igual a ponerse en pie pero estaba tan débil que solo pudo arrodillarse.

-¿Le diste?- Preguntó ella al ver la pantalla de humo generada.

-Sí, directo en el rostro, con un poco de suerte tal vez...- En el momento en que el humo empezó a dispersarse se pudo ver el rostro blanco y desgastado de Belos mirándoles con esos ojos azules y una expresión increíblemente calmada.

-Ah, eso está mejor, ese es el espíritu que esperaba de ustedes dos- Mencionó el emperador y ambas brujas hicieron un mayor esfuerzo para empezar a disparar varias esferas de magia en dirección hacia Belos de manera frenética.