Juntos. (lloyd y tu)

<003>

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en las clases...

Narra ____:

*suena alarma*

- es Garmadon!! Por favor resguarden-sen bajo el puesto! - exclamó la profesora

- ¿puedo ir al baño, maestra? - 

-quieren decir " me permite, me permite ir al baño maestra?" - preguntó la profesora, pero después añadió - ¿saben que? Hagan lo que quieran -

Mientras corríamos me aleje disimuladamente del grupo para ir al cuarto de limpieza, donde había un pasadizo secreto hacia mi guarida secreta con mi armadura ninja y mis armas, que eran dos espadas legendarias ninja, las cuales me otorgó el maestro Wu, pues era la ninja misteriosa y la aprendiz más avanzada del maestro.

Salí por el techo y con Spinjitsu llegué rápidamente la pelea, encontrándome con la ninja de agua, quien me miro sorprendida con los ojos brillando pero con actitud seria para saludarme con un movimiento de la cabeza, el cual le devolví.

Minutos más tarde...

Todos los ninjas, incluyéndome, estábamos rodeando a Garmadon, quien hablaba con el ninja verde sobre algo que tal vez yaciera en la ciudad que fuera especial para él, pero parecía que cada respuesta que daba este no era lo que buscaba el ninja, hasta que en un momento empezó a hablar de Lloyd de bebé, pero de una forma cruel y criticando, mientras seguía hablando yo apretaba más los puños y el ninja verde se irritaba cada vez más, hasta que se cansó y sacó todos los explosivos de su dragón mecánico, pero Garmadon activo una especie de escudo, protegiéndolo de los explosivos.

 - ¡Ja! invertí en nuevos escudos - exclamó, y añadió susurrando - eso es lo único que tengo, escudos nuevos

 - ¡agh! ¡deja de una vez la ciudad!, ¡sal de indago! ¡sal de mi vida! - grito con furia el ninja verde

Garmadon lo miró desconcertado - ¿salir de tu vida? ¿eso no es un poco personal? -

El ninja cambió su expresión, mientras los ninjas se ponían más incómodos

 - ehhh... no -

- muy bien Ninja verde, tienes algunos problemas y espero que los resuelvas en mi siguiente ataque - gritó mientras se alejaba volando

Después pregunto si él lo seguía viendo, respondieron que sí, y Garmadon voltio el espejo retrovisor de su maltrecha arma, diciendo - que enfermito -

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